La prostitución no solo es carnal, no solo se limita al intercambio y venta de caricias, esta también se da en el intercambio de favores políticos, como los que le pedía “respetuosamente” el presidente Andrés Manuel López Obrador, al expresidente de la Suprema Corte de justicia de la Nación(SCJN).
El ejecutivo Federal, al abrir la boca y decir que se entendía con el expresidente de la(SCJN), para que le ayudara a convencer a los jueces para que fallaran a favor de los intereses del gobierno de la 4T, no solo deja al descubierto la docilidad y mansedumbre de un ministro que debía mostrarse imparcial e incorruptible, sino que deja al descubierto, la poca ética y poca credibilidad de un personaje que busca aportar sus conocimientos para reformar el poder judicial.
Ese ministro a modo, es la punta de lanza de la 4T, para llevar a adelante una reforma que de antemano parece que viene muerta. Sin embargo, el presidente López Obrador, al parecer, no se da cuenta que el pez, por la boca muere.
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