El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García se lío en declaraciones con la alcaldesa de Acayucan, quien reclamó que el sur de Veracruz estaba amenazado por la delincuencia organizada. Cuitláhuac García negó esa realidad y pidió a la alcaldesa que si no podía con el cargo que renunciara. Por supuesto, quien debería renunciar es él, quien no ha podido con la violencia en el estado. Este martes 13 de febrero, cerca del mediodía, el activista Javier Ochoa Tejeda fue secuestrado por un grupo armado de unas 10 personas.
Javier Ochoa encabezaba a un grupo que se oponía a la construcción de un relleno sanitario en la comunidad de Palmaritos, municipio de Paso de Ovejas. Ese mismo martes por la noche el cuerpo de Javier Ochoa Tejeda fue encontrado sin vida, en las inmediaciones del campo deportivo. De inmediato las protestas iniciaron.
Los vecinos de la zona amagaron con tomar el palacio municipal, exigiendo justicia para Javier Ochoa. Lo que pasa en Paso de Ovejas, Acayucan o San Juan Evangelista, es lo que pasa en otros municipios, donde el crimen organizado opera a sus anchas. Esa es la realidad que no quiere ver el gobernador de Veracruz, quien sigue creyendo que Veracruz es una sucursal del paraíso.
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