Javier Ochoa encabezaba a un grupo que se oponía a la construcción de un relleno sanitario en la comunidad de Palmaritos, municipio de Paso de Ovejas. Ese mismo martes por la noche el cuerpo de Javier Ochoa Tejeda fue encontrado sin vida, en las inmediaciones del campo deportivo. De inmediato las protestas iniciaron.
Los vecinos de la zona amagaron con tomar el palacio municipal, exigiendo justicia para Javier Ochoa. Lo que pasa en Paso de Ovejas, Acayucan o San Juan Evangelista, es lo que pasa en otros municipios, donde el crimen organizado opera a sus anchas. Esa es la realidad que no quiere ver el gobernador de Veracruz, quien sigue creyendo que Veracruz es una sucursal del paraíso.
