El caso de Arturo Zaldívar, exministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es para sentir pena ajena. El señor se volvió un matraquero de la Cuarta Transformación. Se puso, de manera abyecta, a las órdenes del presidente Andrés Manuel López Obrador. Se arrodilló ante Claudia Sheinbaum a la que colmó de halagos. Se vendió por un plato de lentejas, él, que tiene la despensa de su casa llena de víveres y comestibles.
Y a pesar de todo eso el señor quedó relegado en el evento de cierre de precampaña de la candidata a la presidencia Claudia Sheinbaum. En el vento de cierre de precampaña acompañaron a la Sheinbaum varias personas que, a decir de varios analistas, no debieron estar. Estuvo, por ejemplo, Santiago Nieto, Pedro Miguel, quienes no se sabe que aportan a la campaña de la señora. En el templete llamó la atención que no estuvo Clara Brugada, la candidata de Morena al gobierno de la Ciudad de México.
Tampoco estuvo arriba Arturo Zaldívar, a quien dejaron abajo, atrás de las vallas, como si fuera parte de la “perrada”. Todavía, para colmo, pasó por ahí Mario Delgado, dirigente nacional de Morena, quien al parecer le dio algunas instrucciones a su nuevo empleado.
Imagínate pasar de ser ministro de la corte a recibir instrucciones de Mario Delgado… en medio de un mitin… pic.twitter.com/2bfrfoLtUX
— Diputados Out of Context (@DiputadosOut) January 19, 2024
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