Dice la Divina Comedia que los traidores políticos, estarán enterrados en el hielo con la cara hacia abajo, con las lágrimas congeladas en los ojos, eternamente. Entre los traidores célebres Dante Alighieri enumera a Lucifer, Judas, Bruto y Casio. México es un país donde abundan los traidores. Desde el presidente López Obrador, que traicionó sus ideales y con ello al pueblo de México, al que entregó al crimen organizado, hasta traidores menores, como Adrián Rubalcava, quien quiere vender cara su traición. Ya se veía venir.
El alcalde de Cuajimalpa quería ser el candidato del Frente Amplio en la CDMX para después declinar a favor de Morena. Esto nos queda claro cuando nos enteramos que el novio de Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc, renuncia al PRI para irse con Morena. Sólo que el señor, que vale dos centavos, se anda vendiendo caro.
En algún momento dijo que iba a decirle a los diputados locales de su demarcación que votaran a favor de la ratificación de Ernestina Godoy como fiscal de la CDMX. Cosa que no pasó. Ahora dice que con él renuncian 30 delegados del PRI y que con ellos 30 mil militantes priistas, y que a futuro otros 20 mil se le unirán. ¡Pobre pendejo! A Rubalcava le queda la canción de Agustín Lara que dice: «Vende caro tu amor, aventurera».
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