En el Veracruz del inefable Cuitláhuac García se privilegia la lealtad y los intereses en común. Es un mito que los funcionarios lleguen a sus puestos por méritos académicos o por su preparación. En este gobierno se sigue premiando la abyección y las componendas que se hacen en lo oscurito. Sin embargo, cuando alguien tiene un grano de poder, regularmente el funcionario trata a sus subalternos con la punta del pie.
Tal es el caso de la juez de proceso y procedimiento penal oral, Adriana Arias Ferreira, quien a pesar de quedar en la orfandad, ya que su padrino Eric Patrocinio Cisneros se encuentra en el limbo de la política jarocha, la joven juez se siente bordada a mano y siente que los simples mortales no la merecen.
El asunto es que está empleada del poder judicial, descuida su trabajo, por estar subiendo sus fotos en horas laborales desde las instalaciones del Centro de Justicia para Mujeres (CEJUM). Ojalá y que Irma Hernández Sangabriel, le exija cuentas a la juez toktikera, para que ponga más atención a los casos urgentes. A menos que esta, tema represalias del defensor de los negros veracruzanos.
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