En estos últimos días y después del desenlace final del sainete en el estado de Nuevo León, no solo Samuel García ha quedado ante la opinión pública como un sinvergüenza que no ha entendido que la política es un asunto serio que afecta la vida de mucha gente, sino que también, quedan reveladas las mezquinas intenciones del presidente López Obrador, de dividir el voto para restarle fuerzas a la candidata del frente opositor. Hoy el ejecutivo federal queda ante la opinión pública como un vil orquestador de campaña, que opera desde el war room morenista.
Desde luego que, con la salida del torpe e inepto regiomontano de la contienda electoral, signifique que se moverá el tablero político electoral y empareje la injusta disputa, donde la candidata oficialista sigue en la punta. Nada de eso.
Sin embargo, será muy difícil para Morena que pueda conseguir la tan anhelada mayoría calificada ya que el candidato de Movimiento Ciudadano, traía esa encomienda. Hoy quedan al desnudo las intenciones del inquilino de palacio nacional, hoy los mexicanos ya saben cuáles son las intenciones de los amos del poder, para ellos los pobres, solo son votos para que los sigan manteniendo en el poder. ¡Así mezquinos son!
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