Al gobernador de Sinaloa no le han llegado las noticias sobre los esfuerzos que han realizado las asociaciones LGBTQ+ para que se les deje de estigmatizar. Ser homosexual en México no es un problema, no es algo feo, algo que se deba lamentar. Los padres de un hijo con necesidades especiales entienden la crianza como un reto, como una oportunidad de sacar adelante a un hijo que tiene los mismos derechos que los demás hijos. Sin embargo, para el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, ser adicto es peor que tener hijos discapacitados u homosexuales.
Así lo dijo en su segundo informe de gobierno: «Adicciones, que eso es más feo, mucho más, que tener a un hijo con discapacidad o tener a un hijo homosexual». Dice la máxima bíblica: «De la abundancia del corazón habla la boca». El señor dice lo que piensa, lo que tiene en el corazón.
Al señor le trabajo el inconsciente y sacó lo que trae en el corazón: su homofobia, su intolerancia, su estulticia. En redes sociales de inmediato le contestaron: «En cualquier país civilizado el tamaño de esta estupidez que dijo provocaría la condena masiva de todos y su eventual renuncia. Aquí no quedará más que en meme y anécdota. También es en Sinaloa, digo…»
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