López Obrador se ha destacado por ser un porro que combate, con sus malas artes, a las instituciones, partidos políticos, periodistas y medios de comunicación que no están de acuerdo con su forma de actuar, de pensar. El ataque directo al INE de Lorenzo Córdova cesó hasta que puso a una incondicional en la presidencia del instituto electoral. El ataque en contra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación continua. Hasta envió a la sede de la SCJN a sus porros, entre ellos a una guatemalteca a sueldo y al gobernador de Veracruz, para que insultaran a la ministra Norma Piña.
Siguiendo la misma escuela, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, mandó a los porros de Movimiento Ciudadano a romper las puertas del Congreso de Nuevo León para interrumpir la sesión en donde se elegiría al gobernador interino que cubriría la plaza que el mismo Samuel García deja para irse a la carrera presidencial. Samuel García tira la piedra y esconde la mano.
Cuando al gobernador de Nuevo León se le cuestionó sobre esos porros, que incluso lanzaron bombas de humo en el recinto, éste dijo que seguramente eran porros de los mismos panistas, porque los de MC no actúan así. Como dice Carlos Loret de Mola, Samuel García se dio un tiro en el pie. Busca servir al presidente de México quitando votos a la oposición para encumbrar a la Sheinbaum, pero así, con esa imagen de porro, no le funciona a López Obrador.
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