¿Elección de Estado? ¡Claro que sí!

Elección
Rocío Nahle García y Cuitláhuac García JIménez FOTO: WEB
- en Opinión

Edgar Hernández* / Aun cuando localizadas voces, empezando por la de Cuitláhuac García, se empeñan por desvirtuar la denuncia del candidato ciudadano Pepe Yunes de que el gobierno prepara una elección de Estado aduciendo que solo es un justificante “porque saben que van a perder”, los hechos hablan por sí mismos.

No es necio repetir que el primer experimento oficial lo ejecutaron en 2021 en el marco de las elecciones intermedias caracterizadas por el uso desmedido de dinero público, el vuelco de la burocracia en los 212 municipios en abierto proselitismo, la propaganda y espectaculares que inundaron Veracruz, así como la eliminación física y cárcel para disidentes y ediles contrarios.

Todo ello de la mano del crimen organizado.

Y aun así perdieron.

No sobra insistir en las acciones que en este momento están a la vista en favor de Rocío Nahle.

Las intervenciones directas de Cuitláhuac García en abierta defensa de la zacatecana erigiéndose en una especie de héroe salvador ante la adversidad de la impopularidad y los desfavorecedores números tras el “Destape” de Pepe Yunes.

¿Qué Más?

El foco rojo encendido ante el alud de la sociedad civil en favor de Pepe; el despliegue de una onerosa campaña propagandística en bardas, espectaculares, mensajes en redes sociales, mítines monstruo con millares de acarreados en donde se observa a centenares de autobuses que no llevan a la gente precisamente gratis.

Desayunos, comidas y cenas para la comitiva; el despliegue logístico -templetes, propaganda, sonido, playeras, gorras, banderines, estandartes, pasacalles y batucadas.

Todo ello no se entendería de otra manera sin el uso de recursos públicos.

Y si en el 2021 en el marco de la renovación del poder legislativo y los 212 mostró se comprobó que la compra de votos alcanzó los 2 mil pesos ¿Por qué en el 2024 no habría de repetirse la dosis particularmente si lo que está en juego es la gubernatura?

Otros hechos.

La presencia de Manuel Huerta Ladrón de Guevara, uno de los dos más odiados por Cuitláhuac -el otro fue “Gutierritos, pero ya está muerto- no es por su contrahecha figura, tampoco porque sea el paradigma de la defensa de las mujeres.

Su presencia se debe a que ganó la interna y la ganó porque es el amo de la manipulación ciudadana a través de los programas sociales.

Para nadie es desconocido que este porro de la época de Manuel Fernández Avila vendió la idea de los apoyos vía programas sociales a la gente desposeída a cambio de que garantizaran el voto para él y para Morena.

Hoy, luego de una negociación con Nahle, el voto lo cambio por una senaduría.

¿Y la lana de los viejitos acaso no persigue lo mismo?

Fue un hecho que en el 2021 que las brigadas de gente pagada por el gobierno los visitó, les recogió la credencial de elector para entregárselas en la víspera e incluso se les contrato transporte público para llevarlos a las urnas.

A la par, OPLE desempeñó un papel de simulación para dejar hacer y dejar pasar luego de que al cierre de casillas se recogieron las urnas.

La delincuencia organizada.

Acaso perdido en el olvido pero en aquella víspera electoral del 2021 el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, el Bola #8, en coordinación con los Carteles delincuenciales realizaron una operación limpieza en los municipios con riesgo de perder para obligar por la buena o por la mala a grupos, líderes opositores y ediles a deponer su actitud y sumarse.

A los más reacios se les dio cuello.

Otros más, en número de mil 200, fueron a parar a prisión quedando en calidad de presos políticos. Muchos de ellos siguen compurgando fechorías que no cometieron.

Medios nacionales y estatales dieron cuenta, y ahí está el archivo en las redes sociales, que Veracruz fue el epicentro con 117 episodios de violencia y la muerte de 16 políticos en el 2021.

“Fueron las elecciones más violentas de la historia de México y el estado de Veracruz se convirtió en el epicentro de esta crisis”, se escribió en la prensa nacional en donde se daba cuenta que los homicidios de candidatos en el proceso electoral de ese entonces representaron el 18 por ciento del total registrado en el país.

Veracruz ocupó el primer lugar de violencia política, seguido de Guerrero y Oaxaca, de acuerdo con el Cuarto Informe de Violencia Política en México 2021 A.C

Entre los hechos de inseguridad en contra de actores políticos de la entidad veracruzana se pueden contabilizar desde asesinatos y ataques armados, hasta secuestros de familiares e intimidaciones.

Ante ese panorama es creíble el dicho del gobernador quien en modo cantinflesco señala:

“Lo dice quien ya sabe que va a perder (Pepe Yunes)… Andan perdidos. Por los suelos”, tras burlarse del “Revoltijo bizarro” del PRI-PAN-PRD.

Ante ese escenario ¿Es importante o no la denuncia del Pepe Yunes de que está en marcha una elección de Estado?

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo

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