En mayo de 2023 el periódico oficialista La Jornada anotaba las palabras del presidente López Obrador: «Ayer en la mañana estuvimos en la conmemoración de la Batalla de Puebla. Por la tarde, en Chetumal, evaluamos los tramos 1, 6 y 7 del Tren Maya. Hoy sobrevolamos el trayecto Chetumal-Tulum-Cancún-Mérida y tuvimos dos reuniones para constatar avances en el aeropuerto de Tulum y en los tramos 5, 4 y 3. Mañana vamos hacia Campeche y por la tarde regresaremos a la Ciudad de México. P. D. Vamos a inaugurar esta gran obra de mil 554 km en diciembre, llueva, truene o relampaguee, con el favor de la ciencia y el creador”.
¿Pues qué cree? Esa promesa de López Obrador no se podrá cumplir. Y es que los encargados del Tren Maya han tenido problemas para la construcción del puente Boca de Cerro que cruza el río Usumacinta.
Sin ese puente terminado y bien construido, no habrá en diciembre inauguración del Tren Maya en su tramo de Cancún a Palenque. Claro, el presidente podrá ir a Cancún y hacer un viajecito a 40 kilómetros por hora por los alrededores del centro turístico y con ello, como o hizo con Dos Bocas y con el AIFA, simular que ya inauguró su magna obra.
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