Marcelo Ebrard, muy contentote, fue entrevistado por Ciro Gómez Leyva. Ahí reconoció que regresaba al redil de López Obrador, que limaba asperezas con Morena y que estaba dispuesto a apoyar a Claudia Sheinbaum. En esa entrevista dijo que, a la hora de tomar decisiones, ya sea escoger candidatos a senadores y diputados, ellos, como una corriente de segunda fuerza, estaría en las negociaciones. A los pocos minutos la Sheinbaum le contestó que en Morena no ha corrientes, que ellos son un solo movimiento. Ante esa descortesía, ¿con qué cara se iba a presentar Marcelo Ebrard en la ceremonia donde nombran a Claudia Sheinbaum como precandidata de Morena a la presidencia de México.
Señala El Universal den su editorial: «La ceremonia en la que Claudia Sheinbaum se convirtió en la precandidata presidencial de la autollamada Cuarta Transformación, Claudia Sheinbaum, sirvió para evidenciar las lealtades y las divisiones. Nos hacen ver que de las tres corcholatas que perdieron la contienda con doña Claudia, solo dos acudieron al acto. El exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López, y el excoordinador de los senadores morenistas, Ricardo Monreal, acompañaron a Sheinbaum a recibir la constancia de precandidata, no así el excanciller Marcelo Ebrard, quien envió en su representación a un diputado.
»Al parecer, don Marcelo sigue sin digerir su derrota en las encuestas que le dieron la candidatura a Sheinbaum, o tendría algo más importante que hacer para justificar el desaire de no asistir al acto de la candidata presidencial de su partido». Como dice el dicho, «amor con amor se paga».
Comentarios