Samuel García tomó la decisión de contender en la elección presidencial como candidato de Movimiento Ciudadano. Su discurso es torpe, aparentemente bélico, su ego lo azuza y le hace creer que tiene posibilidades; afirma que en la contienda ya va en segundo lugar, cuando las encuestas lo ponen apenas con un 10 o máximo 12 por ciento. Se cree que Nuevo León es el estado más importante de México, cree que la gente de México es como la de Nuevo León. Dice sobre el gobierno que estableció en su estado: «Si algo caracteriza a Nuevo León es que tenemos el mejor gabinete de su historia, puros ciudadanos, ningún grillo, son el equipo al que yo escucho y tomamos las mejores decisiones».
¿Acaso no fue él quien dijo que no dejaría la gubernatura, que no saldría a buscar el sueño de la presidencia? Pero ya ven, cae más pronto un hablador que un cojo. Samuel García entra a la contienda seguramente porque Dante Delgado no convenció a Marcelo Ebrard, porque Luis Donaldo Colosio Riojas, de manera sensata, prefirió esperar y no ser el candidato de MC.
Advierte Samuel García a sus adversarias: «Caballo que alcanza, gana». Pero no, a él le viene mejor otro símil: «Buey que se rezaga, no llega». Si Samuel García fuera mudo tendría más posibilidades de subir en las encuestas, pero apenas abre la boca y saca toda la estupidez que trae incubada en el cerebro.
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