Hay que tener muy poca abuela para considerar que lo que ocurrió en Acapulco fue sólo una «lluvia severa y vientos fuertes», ocurridos el martes 24 de octubre. De acuerdo con las agencias de noticias, lo peor ocurrió entre la 1.00 y las 3.00 de la madrugada, cuando Otis tocó tierra. Señala la agencia AP: «Empezaron a caerse las ventanas, romperse pisos, volar colchones, se cayeron puertas, se rompieron paredes, quedaron así al vacío, literal». Otis ha sido el huracán más devastador que ha azotado Acapulco. Se calcula que pudo haber casi un millón de damnificados. Sin embargo, para el gobierno de la república lo que sucedió en Acapulco, el 24 de octubre, no la madrugada del 25, fue «lluvia severa y vientos fuertes».
Ante esta consideración se suspende la declaratoria de emergencia en Acapulco. Según el documento del gobierno de López Obrador, a partir del 2 de noviembre «ya no persisten las condiciones de emergencia para continuar con la vigencia de la declaratoria».
Mientras tanto en Acapulco toneladas de basura se siguen acumulando sin que el gobierno municipal ni estatal logren solucionar el problema. Miles de personas se quedaron sin hogar, sin alimentos y lo que es peor, al estar destruida la infraestructura hotelera de Acapulco, también están sin trabajo. Ah, pero para el gobierno ya no hay emergencia en Acapulco.
Comentarios