¿Cómo llegaron a gobernadores? Enrique Alfaro tiene una dignidad muy devaluada si es que regresó al redil de Dante Delgado dejándose llevar por sus promesas. El día que el gobernador de Jalisco anunció su renuncia declaró: «Yo ya no tengo interés de participar en un proyecto que no entiendo, que se construye de manera unilateral y que, simple y sencillamente, nos quieren someter a todos a la voluntad de quienes coordinan el partido a nivel nacional, no quiero pelear ni disputar nada, que ellos tomen sus decisiones y que tengan suerte». Alfaro se dio cuenta de que Morena le estaba haciendo el trabajo sucio a Morena y eso lo indignó.
Sin embargo, de un día para otro volvió al redil. ¿Qué le ofrecieron? ¿Le ofrecieron poner a su candidato para la gubernatura de Jalisco? ¿Le ofrecieron una senaduría? No, al parecer le ofrecieron croquetas de humo. Dante Delgado todavía cree que Movimiento Ciudadano es la segunda fuerza política del país. Siente que puede llevar a su partido a la presidencia, incluso de ser necesario él sería el candidato.
Pues ante esa presidencia ficticia la promesa que le hizo a Alfaro es de pena ajena: «Vamos a ser respetuosos (de la decisión de Alfaro), pero ahora que ganemos sería un gran secretario de Comunicaciones y Transportes, además, sería un gran secretario de Desarrollo Social y, además, sería un gran secretario en diferentes áreas». Claro, si MC llega a la presidencia, cosa que sólo sucederá en el multiverso de Dante.
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