En Morena, el partido del presidente, está prohibido pensar. En Morena se hace lo que dice el presidente, aunque lo que diga perjudique a miles o millones de personas. Ir en contra de los designios del presidente tiene sus consecuencias. De manera muy hipócrita el presidente dijo entender el voto de la senadora Olga Sánchez Cordero en contra de la desaparición de 13 fideicomisos del Poder Judicial. El presidente dijo que se respetaba ese gesto, pues «ella fue ministra de la Corte, y pues siempre hay una solidaridad de gremio». Fue un ejemplo claro de la hipocresía del presidente, pues lo menos que hizo fue respetar esa autonomía.
Señala la editorial de El Universal, Bajo Reserva: «Su reelección como senadora, ese fue el precio que Olga Sánchez Cordero, exsecretaria de Gobernación y expresidenta del Senado, tendrá que pagar por haber votado en contra de la iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador, para desaparecer 13 fideicomisos, con fondos por unos 15 mil millones de pesos, pertenecientes al Poder Judicial de la Federación. Nos comentan que doña Olga, ministra en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, fue advertida de que si votaba en contra de la extinción de los fideicomisos perdería la oportunidad de ser considerada para la reelección como senadora de Morena.
»Aun con esa advertencia, doña Olga subió a la tribuna y lanzó una dura crítica señalando que la coalición entre los poderes Ejecutivo y Legislativo para intervenir en la administración del Judicial no es un ejercicio republicano. Así, nos hacen ver, la senadora mantuvo la dignidad, pero faltó a la exigencia de obediencia ciega que demanda la membresía de la Cuarta Transformación».
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