Eduardo Ramírez fue secretario de Gobierno en Chiapas durante el periodo de Manuel Velasco como gobernador. Se sabe que desde la secretaría de Gobierno Velasco operó los sobres amarillos que David León entregaba puntualmente a Pío López Obrador, hermano del presidente. Por ello este sujeto se granjeó el afecto de Morena y del presidente que los hizo senador, a pesar de su oscuro pasado priista. Pues este sujeto que quedara en lugar de Ricardo Monreal en la Junta de Coordinación Política del Senado, dice que en Morena no quieren dialogar, con nadie.
El senador declaro que su grupo parlamentario «no está de acuerdo en hacer una invitación a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Sin embargo, como institución las puertas están abiertas, no he formalizado, yo esperaré el día de mañana platicar con mi grupo y a partir de ese sentir tendremos una postura». Es comprensible que esta clase de trogloditas legislativos se nieguen al diálogo, pues para ellos sólo hay un orador mesiánico y ese es el presidente López Obrador.
¿Para qué dialogar, dirá Eduardo Ramírez, si al final no se va a llegar a nada, pues en el Senado se hace lo que mande el presidente? En algún momento el senador se dio cuenta de su lamentable cerrazón, por lo que declaró: «Todo lo han hecho de individual, están en su derecho, los grupos parlamentarios pueden invitarla, como grupo mayoritario esperaremos a consultar y posteriormente fijaremos una postura».
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