Parece un notición que podría cimbrar a la clase política veracruzana. La Fiscalía General de la República giró 7 órdenes de aprehensión en contra de exfuncionarios del gobierno de Javier Duarte, todos ellos vinculados a la Secretaría de Finanzas de Veracruz. Las órdenes de aprehensión son para Tomás José “R”, Salvador “M”, Carlos “A”, Fernando “C”, Gabriel “D”, José Francisco “D” y Carolina “E”; todos ellos identificables. A todos ellos se les acusa por su probable responsabilidad en el delito de peculado y por presuntamente realizar 17 transferencias irregulares por más de mil millones de pesos que habrían hecho en el año 2013.
Vale mencionar que estos funcionarios cometieron la irresponsabilidad de soltarle recursos a Javier Duarte y a su esposa, la que merece abundancia, desviando recursos o incluso entregándolo en efectivo a esa pareja. Sin embargo, tampoco hay que lanzar las campanas a vuelo. Una cosa es la orden de aprehensión y la otra es atraparlos para después vincularlos a proceso, enjuiciarlos y después encarcelarlos.
Por ejemplo, Carlos Aguirre, amigo y consejero de Eleazar Guerrero, ha sabido utilizar el dinero que se robó para comprar impunidad. En 2017, cuando estuvieron a punto de aprehenderlo, alguien le dio el pitazo y el tipo escapó en las narices de las autoridades. Y así a andado, muy quitado de la pena, visitando a su amigo, dándole cursos intensivos de cómo y dónde esconder el dinero que se está robando.
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