Vale mencionar que estos funcionarios cometieron la irresponsabilidad de soltarle recursos a Javier Duarte y a su esposa, la que merece abundancia, desviando recursos o incluso entregándolo en efectivo a esa pareja. Sin embargo, tampoco hay que lanzar las campanas a vuelo. Una cosa es la orden de aprehensión y la otra es atraparlos para después vincularlos a proceso, enjuiciarlos y después encarcelarlos.
Por ejemplo, Carlos Aguirre, amigo y consejero de Eleazar Guerrero, ha sabido utilizar el dinero que se robó para comprar impunidad. En 2017, cuando estuvieron a punto de aprehenderlo, alguien le dio el pitazo y el tipo escapó en las narices de las autoridades. Y así a andado, muy quitado de la pena, visitando a su amigo, dándole cursos intensivos de cómo y dónde esconder el dinero que se está robando.