La procuración de justicia en el estado de Veracruz descansa en manos de una funcionaria que fue impuesta en el cargo sin la mínima experiencia y sensibilidad para justificar la detención de los posibles agresores. Los casos en la que la Fiscalía veracruzana debería de justificar con pruebas se le han caído estrepitosamente, precisamente porque son persecuciones políticas, en algunas ocasiones, pedidas por el segundo a bordo, quien fue el que puso al frente de la Fiscalía. Nombres como, José Manuel del Rio Virgen, Yolli García Álvarez, Franco Castán y ahora Tito Delfín Cano, son la prueba de que la Fiscalía General del Estado de Veracruz, trabaja por consigna.
En otras palabras, la verdadera aplicación de justicia solo es una simulación en Veracruz. O acaso, ya se borró de la memoria de los veracruzanos, cuando varios jóvenes fueron detenidos por supuestos ultrajes a la autoridad y que finalmente fueron puestos en libertad gracias a la intervención del senador Ricardo Monreal.
Hoy, con la salida de la cárcel del exalcalde de Tierra Blanca, Verónica Hernández Giadáns comprueba su falta de oficio en la procuración de justicia. Hoy le queda claro a los veracruzanos que esta funcionaria, solo ha sido una pieza más en el ajedrez político veracruzano.
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