A las conferencias mañaneras del presidente López Obrador puede acudir cualquier funcionario del gabinete para difamar, entregar datos incorrectos, acusar, decir medias verdades, mentiras completas y nadie se encargará de corregirlos, porque la Presidencia de la República no está para eso. Y es que López Obrador ha dicho que las mañaneras son un ejercicio informativo para decir la verdad que no dicen los medios conservadores. Pues resulta que en realidad las mañaneras son un medio desinformativo que basa sus aseveraciones en mentiras.
Desde la Secretaría de la Función Pública, ante el reclamo de un particular por los dichos que dijera en una mañanera la Directora General del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), María Elena Álvarez-Buylla, se confirma que la Presidencia no se ocupa en verificar si lo que se dice es cierto o falso. Ante la solicitud de reclamo por difamación, la Presidencia aclaró: «Conforme al Reglamento de la Oficina de la Presidencia de la República, la Coordinación General de Comunicación Social, únicamente coordina en términos de organización y logística las conferencias de prensa del Titular del Ejecutivo Federal, sin que coordinar pueda entenderse como un sinónimo de ‘validar’, ‘verificar’, ‘comprobar’, las manifestaciones que serán emitidas en dichos eventos».
Lo dicho, cualquiera, empezando por el presidente, puede subir a decir mentiras, que nadie será sancionado.
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