Salvador Muñoz / Se supone que este martes, el CEN de Morena ha de decidir los otros dos personajes (un hombre y una dama, en aras de mantener la paridad) que han de completar la media docena de suspirantes a la candidatura para Gobernador(a).
Por el tamaño de los suspirantes que están en disputa de ese anhelado boleto para entrar a las encuestas, cobran relevancia por sobre las damas porque ninguna le hace sombra a Rocío Nahle, Sergio Gutiérrez Luna y Manuel Huerta Ladrón de Guevara.
Sinceramente no se cree que el CEN de Morena se saque de la chistera a un tercero en discordia ni por error ni por tener una salida salomónica, pero cual sea la decisión que tome, sin duda ha de generar molestia, escozor o resentimiento en cualquiera de los dos personajes citados porque ambos alzan la voz alegando que tienen los suficientes méritos y tamaños para ser llevados a la Encuesta.
En el caso de Manuel Huerta, el trabajo que viene realizando como Superdelegado de Bienestar en estos cinco años, de arriba para abajo, le genera una influencia dentro de los sectores que de un modo u otro, reciben apoyo de las múltiples políticas de asistencia que tiene el Gobierno federal.
Ha sido hasta cierto punto, moderado en sus comentarios, congruente de cierta forma y si bien, ha raspado a alguno que otro compañero de partido, no pasa de que con una sobada, todo sea arregle.
Caso contrario con Sergio Gutiérrez Luna, con casi tres años recorriendo el estado, nadando incluso contracorriente, ha hecho una lucha frontal desde su cruzada en búsqueda de la candidatura, contra Rocío Nahle, primero, de una manera velada; pero en estos últimos días, dejó a un lado la delicadeza para irse directo a señalar a la zacatecana de nacimiento, eso, su origen…
Este martes, cuando se dé a conocer al elegido para continuar en la justa por la Gubernatura, el CEN de Morena como el local, han de enfrentar dos problemas:
El primero: ¿Qué hacer con el derrotado?
Es claro que antes de tomar la decisión, lo prudente debe ser hablar con ambos personajes y conminarlos “a continuar con la Transformación” en Veracruz, siendo el primer paso para ello, apoyando a quien quede como Candidato o Candidata.
Claro que para pedir, hay que ofrecer… ¿Qué pueden ofrecerle al derrotado? Se supone que una Pluri sea en el Congreso local o federal, dependiendo de quién sea el perdedor… pues se entiende que el que pasa a la siguiente ronda, mínimo, asegura un boleto para contender por la Senaduría. En pocas palabras: antes de dar a conocer el nombre del que entra a la fase inmediata, hay que realizar la Operación Cicatriz.
El segundo problema: Independientemente de quién pase, el mal ya está hecho. Si bien no es novedad que Rocío Nahle sea zacatecana, tanto la Constitución local como la federal la amparan para contender, pero eso al final es irrelevante… lo que hay que tomar en cuenta es qué tanto puede pesar entre el electorado el “chauvinismo localista” y más viniendo desde las entrañas de su mismo partido.
Supongamos que Sergio Gutiérrez pasa a ser parte de los seis encuestados… ¿sabe cuál va a ser su bandera para generar simpatías? ¡Exacto! Que él sí es veracruzano… no como otraaas! Pues no habrá bronca si ganara en las encuestas… Pero si pierde en este imaginario y gana Nahle? El daño está hecho.
Me queda claro que si Manuel Huerta no pasa a la siguiente fase, es seguro que Morena podría compensar su sacrificio…
Lo que no tengo en claro es qué va a pasar con Sergio Gutiérrez Luna si no pasa a la otra etapa, a la de la Encuesta… sí, es posible que tenga cabida con Adán Augusto a donde quiera que llegue el tabasqueño… pero si Nahle es la candidata, y si llega a ser la Gobernadora, no veo cabida para Cheko en Veracruz, al menos en seis años… pero eso lo debe tener en claro el de Minatitlán quien se está jugando el todo por el todo.
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