Filiberto Vargas Rodríguez /
Prefacio.
Se rasgan las vestiduras, se tiran al suelo simulando un ataque nervioso, pero no responden a uno solo de los señalamientos hechos por el dirigente estatal del PRI, Marlon Ramírez, sobre un probable desvío de recursos cercano a los mil 500 millones de pesos. *** El gobernador Cuitláhuac García jura que se trata de “ataques mediáticos”, producto de la efervescencia electoral (¿cuál, si las elecciones son hasta el próximo año?), y “reta” al legislador a presentar la denuncia. *** Este jueves, el servidor público señalado directamente de encabezar esta presunta red de corrupción (el director administrativo de Salud, Jorge Eduardo Sisniega Fernández) dijo que esas acusaciones “son detestables”. *** El funcionario de Salud (que se ha mantenido en el cargo con tres secretarios) dijo que las acusaciones de Marlon Ramírez “son mentiras”, pero no aportó un solo dato, un solo elemento de prueba para refutar los señalamientos que hizo el legislador priista, acompañado de documentos y de información extraída del propio gobierno estatal. *** Alguien les tiene que explicar que no basta con decir: “no es cierto”. Alguien les tiene que hacer ver que su palabra no es Ley y que, frente a señalamientos puntuales, documentados, no pueden optar por la desgastada táctica de descalificar al denunciante –“tómenlo de quien viene”, les sugirió el gobernador a los reporteros-. *** No entienden que pronto -más pronto de lo que ellos quisieran- dejarán el poder que los blinda y serán carne de presidio.
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Invadidos por esa urgencia de ganar espacios que, en tiempos pasados, en otras fuerzas políticas, les fueron negados, los principales actores políticos de Morena van cayendo, poco a poco, sin prisa, pero sin pausa, en un escenario que ya se vivió en México: el canibalismo político.
Así como sucedió con el PRI en sus épocas de dominio pleno, así está sucediendo con Morena. El escenario de hoy es similar a aquel: el principal enemigo de Morena (hoy, como antes del PRI) está en el interior de Morena (como antes en el interior del PRI).
Esta crisis que está viviendo Morena (y de la que muchos aún no terminan de darse cuenta) tiene su origen en el mismo mal: un liderazgo mesiánico (en aquel entonces cualquiera que portara la banda presidencial, hoy el liderazgo innegable de López Obrador). Debajo de ellos no caben las jerarquías, es uno solo el que manda y todos los demás se asumen como sus pastores, sus voceros o sus intérpretes.
Lo que se vive en Veracruz, como desde el 2018, es un espejo del problema nacional. Todos fuimos testigos de los mensajes que le envió el presidente al secretario de Gobierno Éric Cisneros (“si quieres participar, renuncia a tu cargo”) que fueron ignorados sin el menor rubor por parte del funcionario estatal.
Todos escuchamos cuando el gobernador les aseguró a los reporteros que “ya había hablado con él (con Éric Cisneros) y que le había jurado que no competiría por la gubernatura”. Hoy está registrado para ser considerado en la encuesta estatal.
Todos en Morena afirman, sin el menor atisbo de duda, que Éric Cisneros “es gente de Nahle” y que toda la propaganda que ha sembrado con su oscuro semblante “es parte del Plan B”.
Lo cierto es que se trata de una guerra fratricida. Trabajan juntos, operan para el personaje que “les encargó el presidente” (Rocío Nahle) pero todos quieren salir en la foto, todos se quieren atribuir “el control de la estructura electoral” y todos se asumen con las suficientes medallas para ocupar los más altos cargos.
Pero adentro de Morena están los que no se alinearon con Rocío Nahle. Está Sergio Gutiérrez, que presume el padrinazgo de Adán Augusto López (“el verdadero amigo del presidente”). Y está Manuel Huerta, quien “presume” que no tiene más partido que su trabajo (y su “añeja amistad” con el presidente).
Todos -nahleistas y “los otros”- se sienten con derechos para reclamar las más altas posiciones políticas y, lo más grave, no hay quién los meta al orden, porque todos ellos responden que “el único al que le obedecen es al presidente”.
Lo sucedido la mañana de este jueves en Xalapa (las mantas y pintas de bardas con mensajes contra Rocío Nahle) es reflejo de ese desorden en el que se encuentran enredados los principales actores políticos de Morena.
Quizá valiera la pena que leyeran un poco de historia contemporánea. En una de esas evitan caer en los mismos errores en los que cayó el entonces “poderosísimo” PRI.
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Epílogo.
A propósito de la importancia de mantener la unidad en el interior de Morena, los encargados de operar en Veracruz las campañas de claudia Sheinbaum y Rocío Nahle tendrían que poner especial atención en esos personajes que caminaron por Veracruz para sumar a la población en este proyecto. *** Son personajes que ocupan posiciones discretas en la administración estatal, otros que se mantienen en el sector privado, pero que todos los fines de semana y los días libres se dedican a mantener “aceitada” la maquinaria de Morena. *** Fueron los que consiguieron que las visitas de Claudia Sheinbaum a territorio veracruzano resultaran exitosas. Es muy sencillo distinguirlos: en los distritos donde fueron comisionados, todos los conocen, todos se jalaron para donde ellos dijeron y todos se expresan de manera positiva de ellos. En los próximos días iré mencionando a algunos de ellos. *** El pasado miércoles 27 de septiembre, la maestra Delia González Cobos cumplió 4 años de que asumió la titularidad del Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) y de convertirse en la primera mujer en asumir ese cargo. *** “Asumí la responsabilidad consciente de que los veracruzanos querían un cambio que generara transparencia en la rendición de cuentas”, narró la contralora general. *** En estos cuatro años han sido superadas muchas resistencias, y eso se logró, en gran medida, gracias a la conformación de un extraordinario equipo de trabajo, comprometido con la institución y leal a los principios de eficiencia, transparencia y honradez. Por el bien de Veracruz, que duren muchos años más. *** Y cerramos, tristemente, con otra noticia de la violencia que ha sentado sus reales en Veracruz. *** Dos cadáveres humanos, desmembrados, fueron arrojados a orillas de la carretera estatal Omealca-Tezonapa, Veracruz, a la altura de la congregación Motzorongo. *** Los restos fueron trasladados al Servicio Forense Regional de Córdoba. Automovilistas que transitaban por esa carretera dieron el reporte a las autoridades.
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