Armando Ortiz / En los últimos meses Joana Marlén Bautista, todopoderosa administradora del Tribunal Superior de Justicia de Veracruz, fue una militante ejemplar del partido en el poder, Morena. En sus redes sociales se le veía muy activa promocionando los eventos de su partido y a sus dirigentes. La señora, con dinero del Poder Judicial, llenaba autobuses para ir a los mítines de Claudia Sheinbaum. Y es que ya lo hemos dicho, los más corruptos en Veracruz requieren apoyar a la candidata de AMLO para librarse de las órdenes de aprehensión futuras. Pues esta señora, que ya había sido advertida de que estaba cometiendo un delito, olvidándose de su cargo y poniéndose a echar porras, fue corrida de la administración de la Dirección General de Administración del Consejo de la Judicatura en Veracruz. Esta salida se suma a la de dos de sus colaboradores muy cercanos, Elvis Viveros Arroyo, jefe de recursos generales, y Ofir Ali Gutiérrez Ponce, subdirector de Recursos Materiales; este último evidenciado por la periodista Claudia Guerrero en sus vacaciones en Las Vegas. De acuerdo con medios periodísticos, Joana Marlen fue notificada por un actuario de su salida de la dirección administrativa del Poder Judicial; como a las chachas. Por supuesto, no se cree que hayan sido los derroches que protagonizó las razones de su salida, pues esos derroches estuvieron desde 2020, año en que tomó la dirección del cargo. Tampoco se puede creer que Joana Marlen haya salido por su proselitismo descarado, pues en Morena eso es la regla. Curiosamente, Joana Marlen, unas horas antes, estuvo en las oficinas de Morena para el registro de Rocío Nahle como aspirante a la candidatura de ese partido al gobierno de Veracruz. ¿Cuáles son las verdaderas razones de la salida de esta señora? Ya nos iremos enterando.
Dice Joana Marlen que la corrieron del Poder Judicial por asistir a un acto proselitista. Ella pregunta: ¿A cuál de todos?
Entrevistada por un medio oficialista, Joana Marlén Bautista confirma su cese como administradora del Poder Judicial. Como hemos señalado, la señora se olvidó de sus obligaciones como administradora y se puso a repartir dinero para hacer proselitismo a favor de Morena. Su propósito era encontrar la manera de blindarse, a ver si así salva las acusaciones que podrían llegar en su contra por malversación de fondos. Sólo hay que entender que, si sus subalternos se daban la buena vida en los casinos de Las Vegas, ella por supuesto también se daba sus lujos. Sobre las razones para destituirla del cargo, la misma Joana Marlen dice que le notificaron que fue por asistir a un acto proselitista. La exadministradora del Poder Judicial asegura que no le dijeron a qué acto proselitista; y ella está confundida, porque como asistió a muchos y patrocinó otros tantos, que no sabe ni cuál de todos le anotaron. Ahora, lo que le queda, es ponerse a las órdenes de los operadores de Claudia Sheinbaum y de Rocío Nahle. Entonces sí, ya sin cargo la señora podrá hacer de su vida un papalote y ni quien se lo reproche.
Omar García Harfuch y su papel en el caso de los 43 de Ayotzinapa. Estuvo en reuniones donde se gestó la “verdad histórica”
No lo dicen testigos, los dicen documentos del Ejército. Omar García Harfuch estuvo en Iguala, Guerrero. García Harfuch ocupaba el cargo de comisario en la división de Gendarmería de la Policía Federal. Antes había dirigido la Federal en Guerrero. Claro que conocía el conflicto de los estudiantes de Ayotzinapa, claro que estaba al tanto de los Guerreros Unidos. Los documentos que se filtraron a la prensa señalan que el virtual candidato a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México estuvo el 7 y 8 de octubre de 2014, dos semanas después de la masacre de alumnos, en las primeras reuniones conocidas entre autoridades federales y estatales por el caso Ayotzinapa. En esas reuniones se fraguó lo que hoy se conoce como “verdad histórica”, una verdad que acusa a los estudiantes de ser responsables de su suerte, a los Guerreros Unidos de haberlos desaparecido y exonera a los militares que participaron. Pues este aspirante al gobierno de la CDMX, 9 años después, sigue negando su participación en esas reuniones, así como niega haber sido colaborador de Genaro García Luna, a pesar de las muchas evidencias que hay de esa colaboración.
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