Finalmente, después de 9 años de espera, el presidente López Obrador, inauguró este viernes el primer tramo del Tren Interurbano Ciudad de México-Toluca. Este tren, que originalmente estaba presupuestado en 2 mil 274 millones de dólares, terminó costando 5.600 millones de dólares. En su discurso de inauguración López Obrador, con todo el descaro del mundo dijo: «Una obra inconclusa significa dejar dinero del presupuesto, que es dinero del pueblo, tirado, y no se puede actuar de manera irresponsable. No es porque fue otro gobierno. No. El Gobierno representa a todo el pueblo, por eso se decidió darle continuidad a esta obra».
¡Vaya caradura! ¿Acaso no se acuerda el presidente de lo que hizo con la obra del aeropuerto de Texcoco? La misma Secretaría de Comunicaciones y Transportes tuvo que reconocer que la cancelación del Aeropuerto Internacional que se edificaba en Texcoco costó al erario público más de 280 mil millones de pesos.
Es decir, lo que constarían 50 trenes interurbanos como el que acaba de inaugurar. Por supuesto, López Obrador tiene otros datos, pues él dice que sólo se perdieron 100 mil millones de dólares, que es una cantidad también inmensa. Pero, ¿cómo se atreve a decir que «no se puede actuar de manera irresponsable», cuando el, por puro capricho, le hizo un gran daño al erario público.
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