El presidente López Obrador, quien desde la mañanera lleva a cabo una campaña intensa en contra de los medios de comunicación, a los que ha acusado de rateros, deshonestos, simuladores, conservadores, pasquineros, clasistas. No hay mañanera en la que López Obrador no insulte a la prensa o a cualquier otro actor político. Eso a pesar de que él ha afirmado que el insulto no es lo suyo, que él no es como los otros.
A pesar de eso López Obrador acudió a Chile a plañir, a hacerse la víctima, a tirarse al suelo para que lo levanten con aplausos: “Sin el apoyo del pueblo no habríamos podido resistir la intensa campaña en contra nuestra por parte de los medios de información, los medios de manipulación, expertos en la calumnia, y repito, en la manipulación”. ¡Qué manera de tergiversar la realidad! La única prensa a la que López Obrador no insulta es a la que tiene domada.
Es esa prensa esperpéntica de sus mañaneras, el Lord Molécula, el Pirata, la Güera que se siente Thalía y toda esa runfla de “Honoris Causa” que todos los días le rinden pleitesía al presidente. La otra prensa es la que representan Hernán Gómez Buera, Sabina Berman, Federico Arreo y los moneros, una prensa abyecta que se acomoda a las mentiras del presidente.
En su mensaje conjunto con el presidente de Chile, @lopezobrador denunció que es víctima de una campaña por parte de los medios de comunicación a los que calificó de expertos en «la calumnia y manipulación».https://t.co/JA1D1gX2Vy pic.twitter.com/T4rhHzVD1W
— Joaquín López-Dóriga (@lopezdoriga) September 10, 2023
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