Ebrard sabe demasiado, es un peligro para la Cuatro T

Ebrard
Marcelo Ebrard Casaubón FOTO: WEB
- en Opinión
*Irse de Morena podría significarle cárcel o un atentado
*AMLO quiere su Maximato y necesita sucesor manso

Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / ¿DE QUE se sorprende Marcelo? El sabía de antemano que Claudia iba, que era la preferida de Palacio Nacional, no solo de Andrés Manuel López Obrador sino de la “consorte imperial” que si bien fue descartada por AMLO desde el arranque de su mandato para sucederlo –como alguna vez pretendió Vicente Fox con Marthita-, eso no impidió a la historiadora influir en el ánimo de su marido para impulsar a la jefa del gobierno capitalino con quien ha cultivado una gran amistad, o al menos eso le hace saber la ahora coordinadora de los comités para la defensa de la cuarta transformación. Y todo eso lo sabía Marcelo que llegó a creer que Andrés Manuel López Obrador había cambiado, y que le devolvería el favor luego de que en el 2000 AMLO fue postulado para la elección de Jefe de Gobierno del Distrito Federal por la coalición Alianza por la Ciudad de México, conformada por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), PT, Convergencia por la Democracia, el Partido de la Sociedad Nacionalista (PSN) y el Partido Alianza Social (PAS), mientras que Marcelo Ebrard, quien era candidato al mismo cargo por el Partido de Centro Democrático (PCD), declinó su postulación en favor de López Obrador el 16 de marzo, integrándose ese partido a la coalición encabezada por el PRD, dejando el camino libre al tabasqueño, pues de no hacerlo tal vez no habría ganado aquella elección. López Obrador se impuso en la elección para la jefatura de gobierno del Distrito Federal con el apoyo del 37.7 por ciento% de los votos emitidos, contra 33.4 por ciento de su más cercano rival, Santiago Creel, del PAN, de lo cual se olvidó AMLO, como tambien perdió la memoria, cuando el 30 de Marzo de 2010, Ebrard –entonces Jefe de Gobierno- dio a conocer públicamente su intención de contender por la candidatura del PRD a la Presidencia de México en 2012; como plataforma de precampaña fundó su movimiento Vanguardia Progresista, y el 11 de junio de 2011 la corriente perredista de Jesús Ortega, Nueva Izquierda, también conocidos como Los Chuchos, lo nombraron precandidato de su partido a la Presidencia de México. En contraparte la corriente Izquierda Democrática Nacional, dirigida por Dolores Padierna Luna se pronunció en favor de Andrés Manuel López Obrador. El 15 de noviembre de 2011, se dio a conocer que el método para seleccionar un candidato a la Presidencia en 2012 sería una serie de encuestas que dieron como ganador a Andrés Manuel López Obrador, por lo que Ebrard rechazó competir para la candidatura de 2012. En “agradecimiento” AMLO lo incluyó en su propuesta de gabinete para ocupar el puesto de Secretario de Gobernación en caso de ganar las elecciones presidenciales de ese mismo año, en donde fue elegido Enrique Peña Nieto para el período 2012-2018. Pero la flaca memoria suele ser ingrata, y las ganas de seguir manipulando al sucesor rompe con cualquier sino de gratitud y amistad.

POR ELLO Marcelo Ebrard no debe sentirse traicionado por AMLO, y menos si ha leído la fábula de “La rana y el escorpión” de origen desconocido, aunque generalmente atribuida a Esopo que cuenta que, estaba una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión con rostro compungido para suplicarle: -Amiga rana, ¿puedes ayudarme a cruzar el río? ¿Puedes llevarme a tu espalda para llegar a donde están mis hijos…?, a lo que la rana respondió: -¿Que te lleve a mi espalda?. ¡Ni pensarlo!. ¡Te conozco! Si te llevo a mi espalda sacarás tu aguijón, me picarás y me matarás. Lo siento, pero no puede ser. -No seas tonta -le respondió entonces el escorpión-. ¿No ves que si te pincho con mi aguijón te hundirás en el agua y que yo, como no sé nadar, también me ahogaré?. Y la rana, después de pensárselo mucho se dijo a sí misma: -Si este escorpión me pica a la mitad del río, nos ahogamos los dos. No creo que sea tan tonto como para hacerlo. Y entonces, la rana respondió: -Mira, escorpión. Lo he estado pensando y te voy a ayudar a cruzar el río. Fue entonces que el escorpión se colocó sobre la resbaladiza espalda de la rana y empezaron juntos a cruzar el río, y cuando habían llegado a la mitad del trayecto, en una zona del río donde había remolinos, el escorpión picó con su aguijón a la rana que de repente sintió cómo el veneno mortal se extendía por su cuerpo. Y mientras se ahogaba, y veía cómo también con ella se ahogaba el escorpión, pudo sacar las últimas fuerzas que le quedaban para decirle: -No entiendo nada… ¿Por qué lo has hecho? Tú también vas a morir. Y entonces, el escorpión la miró y le respondió: -Lo siento ranita. No he podido evitarlo. No puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza, de mi costumbre y de otra forma distinta a como he aprendido a comportarme. Después, ambos desaparecieron bajo las aguas turbulentas, tras ser pinchado Ebrard por AMLO.

PERO MARCELO nunca quiso entenderlo pese a que las evidencias eran más que claras. López Obrador quiere en el poder a un pelele, una especie de Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez que ascendieron por obra y gracia del jefe máximo, Plutarco Elías Calles, el fundador del PRI, partido en el que militaron lo mismo Andrés Manuel López Obrador y que el propio Marcelo Ebrard, a los que sucedió Lázaro Cárdenas del Río que para librarse de la influencia siniestra de Calles, e incluso, hasta de un asesinato, lo exilió junto con sus leales generales y dirigentes obreros, limpiando al País de esas lacras que se habían apoderado de México, y solo así pudo gobernar. Pero AMLO quiere repetir la historia, ser el mandamás cuando termine su periodo, y nadie mejor de Claudia Sheinbaum Pardo (que a la sombra de AMLO, como el viejo adagio lo dice; todos los gatos son Pardos). Por ello se inclinó a su favor, muestreándola, permitiéndole que usara fotografías levantándole la mano como parte de su campaña, y Ebrard Causaubón no es, precisamente, el tipo que habría permitido ser manipulado en caso de ganar la Presidencia, y por ello López Obrador lo desahució.

MARCELO SABE mucho de la Cuarta Transformación, de AMLO, de su familia y negocios, y para el Presidente y el “triunfo” de Claudia, Ebrard se torna un riesgo en caso de ser candidato a la Presidencia por algún otro partido, no porque pudiera ganar sino por lo que sabe, y ese es el verdadero peligro para los proyectos del Jefe de las instituciones Federales, de tal suerte que no se descarta que en los próximos días, de no someterse y quedarse en Morena, pudiera ser denunciado por los hechos ocurrido el 3 de Mayo de 2021, cuando un paso elevado en la alcaldía Tláhuac que sostenía la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, se desplomó debajo del tren que lo recorría. El paso elevado y los dos vagones finales del tren cayeron sobre la avenida, cerca de la estación de Olivos, ocasionando la muerte de 27 personas y dejando a otras 80 lesionadas, accidente que se convirtió en el más mortífero del Metro en casi cincuenta años, y no hay que olvidar que esa línea se construyó en el periodo de Marcelo Ebrard quien con su rebeldía, es ya un riesgo para la 4T que buscará pararlo al precio que fuere. Aún falta mucho por ver, y ojalá nos equivoquemos y no ocurra otro magnicidio como el de 1994 en Lomas Taurinas. México no lo merece. Al tiempo…OPINA [email protected]

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