Certidumbre en el proceso, incertidumbre en el resultado

Proceso
Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum Pardo FOTO: WEB
- en Opinión

Jorge Flores Martínez / A esta hora que escribo mi columna no tengo la certeza absoluta del resultado de la consulta de Morena para elegir al que será su candidato o candidata. Todo apunta que #es Claudia, difícil verlo de otra forma. Pero en fin, justo de esto quiero hablar.

Algo importante en una democracia moderna y funcional, es que el proceso debe ser claro y con certidumbre para todas las partes y en el resultado debe prevalecer la incertidumbre. Si ya se sabe quién va a ganar, pues es una democracia simulada, como la que vivimos los mexicanos el siglo pasado cuando el día de la elección era un simple trámite.

Si las reglas son complejas, cambiaban constantemente o simplemente favorecen a una de las partes, pues la democracia es deficiente y posiblemente una simulación. También los mexicanos ya conocemos algo de eso. Las reglas simplemente favorecían al partido en el poder de tal forma que cualquier competencia era casi meramente testimonial.

Claro, puede haber certidumbre en el proceso y una relativa incertidumbre en el resultado y emerger en una simulación democrática, un engaño. Me explico. El proceso puede estar perfectamente normado, ajustado al menor detalle y definido claramente lo que sucede con los que pierdan, porque en estas cosas, hasta perdiendo ganan, recuerden que son políticos profesionales. El resultado, es incierto en alguna medida, todo puede pasar, pero de alguna forma ya está elegido por el gran y supremo elector el ganador. Otra vez, algo que no nos es tan ajeno a los mexicanos, un poco el juego del tapado priista. Es una competencia perfectamente normada con un ganador desde el principio.

Espero que no sea el caso de #es Claudia, realmente los mexicanos no merecemos regresar a la democracia simulada del siglo pasado. Yo por el contrario, espero que sea, en caso de serlo, elegida en un proceso de democracia partidista limpio y sin grandes ni graves cuestionamientos. Si resulta en una simulación donde los participantes se prestaron a una farsa, el retroceso democrático del país será enorme. Bienvenidos al nuevo PRI del siglo XXI.

Me van a decir que el caso del Frente Opositor resultó en una farsa al haber declinado todos los participantes y bajado a la última contrincante de fea forma al final. Si, efectivamente no me gustó del todo, pero no lo considero una simulación democrática y me explico. En primer lugar, la convocatoria fue abierta, ya existían participantes muy fuertes y apoyados por sus respectivos partidos y nada estaba escrito ni definido, es más, no había un supremo y gran elector que definiera resultados.

En segundo lugar, no había certidumbre que un frente de tres partidos políticos prosperara. No es sencillo para un partido político seleccionar a su candidato, ahora imagínense juntar a tres partidos y hacerlos ponerse de acuerdo. Una pesadilla absoluta.

En tercer lugar, Xóchitl no era la candidata de ninguno de los partidos del frente opositor. Me pueden decir y lo dirán bien. Todo fue orquestado por una cúpula que impuso a un candidato haciéndola pasar por ciudadana, de origen indígena y representante de la meritocracia. Si esa cúpula existiera, si fueran tan inteligentes y estratégicos, les aseguro que no hubieran perdido el poder nunca. No los sobrestimen, son tan torpes y atarantados unos como los otros.

En cuarto lugar y último, las reglas de competencia eran muy complejas y rebuscadas. La consulta sobraba, era un riesgo absolutamente innecesario. Ya tenían a una candidata que todas las partes aceptaban y que realmente no era de origen de nadie. Ninguno pensaba en Xóchitl como candidata del Frente Amplio Opositor hace un par de meses. Así que tenemos un proceso con algo de incertidumbre, pero también el resultado siempre fue incierto. No es una simulación democrática, es solo un proceso democrático imperfecto.

En el caso del frente oficialista, me parece que tienen un proceso en un marco normativo rígido y de gran certidumbre. Lo que no me gusta, es que al parecer, el resultado también lo es, podemos tener la certidumbre que, #es Claudia.

Y eso, ya no es un proceso democrático imperfecto, es una simulación democrática.

Que yo espero, sinceramente, que este proceso salga bien y podamos ver a dos mexicanas competir democráticamente por la presidencia de nuestro país.

Tener la certeza que el próximo presidente de México va a ser mujer es algo que me hace muy feliz.

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