Jorge Flores Martínez / La candidata del frente opositor será Xóchitl Gálvez, de eso ya no hay vuelta atrás. Se pueden decir muchas cosas, unas son mentiras, algunas se pueden suponer, otras son claras y perfectamente nítidas. Una que es clara y no hay forma de cuestionarla es que Xóchitl no era la candidata que deseaba López Obrador para competir contra Claudia Sheinbaum en las próximas elecciones. Le acomodaban mucho mejor Santiago Creel o Enrique de la Madrid, es más, Beatriz Paredes era una opción que se ajustaba muy bien al encuadre que deseaba en una contienda que legitimara la victoria y continuación de su cuarta transformación.
No me gustó como acabó la contienda en el frente opositor, pero tampoco me sorprendió, es más, esperaba algo más ríspido y golpeado. No hubo violencia verbal importante entre los participantes, la salida de los candidatos del PRD tuvo un momento complicado, pero ese partido no tiene gran cosa que negociar, su apuesta es la permanencia y no la iban a poner en juego por cuestiones personales de dos candidatos sin fichas.
En el PRI, en cambio, no sabemos cuántas canicas tienen para jugar, realmente nadie sabe el verdadero peso del partido ni lo funcional de sus estructuras, sus últimos resultados demuestran que ya no hay mucho, pero negocian posiciones y Beatriz Paredes no era otra cosa que una ficha más a negociar. Si ella no lo sabía, creo que sería pecar de ingenuidad en una política con décadas de experiencia partidista.
Por otro lado, el PAN no es un partido que se distinga por tomar riesgos o aventurarse a terrenos desconocidos. Las primarias siempre las vieron como un riesgo innecesario. Argumentan que el oficialismo podía reventar la consulta del próximo domingo. Como dije al principio, algunas cosas son claras e incuestionables, otras solo son supuestos, esta es solo un supuesto sin mucho piso donde asentarse. La estrategia de reventar elecciones no sería ahora, en Palacio no van a quemar su último recurso en este momento.
Otro de los argumentos es que Xóchitl es impuesta desde las cúpulas por Claudio X. González y todo esto fue una farsa para engañar incautos. Esto tampoco tiene mucho de dónde agarrarse, pero se ajusta a la perfección de la narrativa del presidente López Obrador. Yo no lo creo, no encuentro evidencia de esto y debemos tener claro algo, unas cosas son las que creemos, otras las que queremos y otras las que son.
Por el contrario, creo que Xóchitl Gálvez les descompuso el escenario a la oposición y al oficialismo. Ya estaba Creel y de la Madrid encaminados, cómodamente por el frente opositor y la misma selección de la Sheinbaum por morena contemplaba a ellos como contrincantes. Era cómodo para Claudica competir con dos hombres blancos, privilegiados, representantes perfectos de la mafia del poder. Estoy seguro que en el bunker de la candidata morenista están en este momento replanteando la campaña y la imagen de su candidata bajo el nuevo contexto. Lo que tenían no les alcanza y por eso vemos últimamente a la Sheinbaum descolocada y sin discurso.
Por otro lado, muchas veces es más sencillo comprender lo que sucede más sobre lo que mienten que en las verdades que dicen. Algo es cierto, es mesurable y perfectamente comprobable, a López Obrador no le gusta Xóchitl Gálvez como candidata del frente opositor. Le incómoda, no la quiere y hará todo lo posible por descalificarla y sacarla de la contienda lo más pronto posible. Todo lo demás se debe desprender de esta verdad. El repentino amor de López Obrador por Beatriz Paredes, su disgusto por el proceso del frente opositor y su narrativa, se ajustan perfectamente a un solo principio, todo menos Xóchitl.
Ya le negaron su origen indígena, destruyeron su valor como mujer que logró escapar de una situación de pobreza y marginación, la desvaloraron como empresaria exitosa, la señalan como funcionaria corrupta sin más prueba que sus palabras. ¿Creen que van a aceptar que sea la candidata de la oposición?
Dónde chillan está en muerto, decían en mi pueblo.
Ya hay tiro y será entre dos mujeres muy capaces.
Pero recuerden una cosa, a Xóchitl la “hicieron” a puerta cerrada en Palacio Nacional. Un error, un simple y absurdo error. En muchas ocasiones las grandes guerras se pierden por errores insignificantes. Ya que un pequeño error lleva a otro más grande y a otro mucho más grande y así.
Hace dos meses no había nada en la oposición, hoy los momios se mueven y dicen que se trata de una imposición desde las cúpulas.
Es darle muchos méritos a las cúpulas. No son tan inteligentes ni tan sagaces.
Esa es otra verdad incuestionable, clara y nítida.
¿Otra verdad?
El proceso para elegir a la próxima “corcholata” es un “destape” al mejor estilo priista de los 70’s, solo va a faltar Fidel Velázquez.
¿Otra?
Dante Delgado es un mercenario de la política.
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