México es un país de simulaciones, pero no solo eso, su gobernante es el único que puede opinar. Desde su conferencia matutina, quita, pone, descalifica y beatifica a su santa conveniencia. Hoy, después de 70 días de campañas simuladoras, sus “corcholatas” guardaran silencio. Sin embargo, es un secreto a voces, que el dedo elector ya apuntó hacia Claudia Sheinbaum, una mujer que carece de la más elemental cercanía con la gente. Hoy sus participantes, harán un acto de fe, confiaran en las encuestas que seguramente manipulará el grisáceo líder morenista, Mario Delgado.
Desde luego que hay que ser muy ingenuos para creer que las “corcholatas” no cuentan con un Plan B. Al menos, Ricardo Monreal ha guardado mesura y compostura, ya que seguramente tiene prometida la candidatura de la Ciudad de México. En el caso de Adán Augusto, seguramente se conformará, con seguir haciendo negocios, al amparo de la 4T.
Sin embargo, quien realmente preocupa, es Marcelo Ebrard y sus huestes. Sería un duro golpe para Sheinbaum, si este asume un plan revanchista y hace alianza con la candidata del Frente Opositor. Ese es un escenario que, en estos momentos, ya no suena descabellado.
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