En los medios de comunicación nos seguimos enterando de los desperfectos en los elevadores de los hospitales. En Playa del Carmen una menor murió aplastada por un elevador; en Baja California Sur dos adultos mayores fueron rescatados de otro elevador en mal funcionamiento; en Monterrey dos mujeres quedaron atrapadas en otro elevador del IMSS. Y así, abundan las noticias sobre las fallas de los elevadores. Pues a pesar de que se requiere presupuesto para elevadores en el IMSS, la paraestatal prefiere dar ese presupuesto a las empresas fantasma. ¿Qué es una empresa fantasma? De acuerdo con una definición en línea, «una empresa fantasma es una sociedad utilizada para simular diferentes operaciones empresariales con registros ante instancias oficiales, pero sin la capacidad para proveer el servicio para el que fueron contratadas, esto con la intención de evadir la aplicación de la ley».
Publica el periódico Reforma: «El IMSS otorgó cuatro jugosos contratos por más de mil 100 millones de pesos en asignaciones directas o licitaciones para favorecer a una empresa turbia, con domicilios fantasma y cuestionada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en sus precios y servicios. Incluso, la ASF detectó que no hay evidencia de que fueran necesarios los ‘servicios informáticos’ contratados por el Instituto que encabeza Zoé Robledo».
Agrega Reforma que las empresas fantasma son Grupo PM Soluciones y PM Soluciones, las cuales no se encuentran en el Registro Público de Comercio. Las direcciones que anotan es una casa «ubicada en Félix Parra 175, en la Colonia San José Insurgentes, que es una casa en renta, y Manuel M. Ponce 87, Piso 4, Colonia Guadalupe Inn, donde el encargado de la seguridad indicó que el piso está vacío». Así la honestidad del gobierno de la 4T.
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