¿Quién decide en Veracruz?

Carisma
Cuitláhuac García Jiménez y Andrés Manuel López Obrador FOTO: WEB
- en Opinión

Irineo Domínguez Méndez / ¡Pos no! Eso de que “con el pueblo todo, sin el pueblo nada» parece otra cuestión declarativa de Amloco. Si tuviese algún fin democrático tal frase el Presidente evitaría pronunciarse a favor o en contra de cualquier funcionario aspirante a un puesto de elección popular o, en su defecto, mediría con el mismo rasero. Sin embargo, es tendencioso su deseo de coartar el derecho de participar a cualquier funcionario veracruzano, ignorando a otros que hacen lo mismo.

Una periodista pidió su opinión sobre el secretario de gobierno a quien “denunció” ser aspirante a la gubernatura del Estado; añadiendo en su pregunta si ameritaba una sanción o no ¿sugería su destitución? Por segunda ocasión el Presidente respondió que, quien aspire a un cargo de elección popular espere los tiempos legales y renuncie al cargo, siendo funcionario. Al secretario como a otros dio la sugerencia de caminar y visitar casa por casa porque los espectaculares no funcionan para convencer a la gente.

Me llamó la atención que la pregunta únicamente incluyera al secretario de gobierno, aludiendo que aún existen espectaculares que sirven para “promocionar” su libro, refiriéndose a él como hacedor de “una loca carrera para brincar de una a otra posición”. ¿Porqué excluye al diputado Gutierritos, al secretario de la SEC: Zenyazen, a Manuel Huerta y a otros? Esperemos que la periodista no actúe por consigna.

Percibo varios sesgos ocultos en la pregunta, sean de manera premeditada o no; esto, en virtud de que la periodista reconoce, veladamente, que el Presidente puede “poner en orden» al denunciado y a cualquier otro que se interponga a la aspiración de Rocío Nahle; quien – cierto o no – es vista por muchos como la preferida del gobernador y del Presidente. Otra observación es que la periodista reconoce, también, que el “mandamás” en Veracruz y en todo México del partido Morena es Amloco. Conclusión obtenida por la inexistencia de razón o motivo para “chivatear» y denunciar al secretario de gobierno.

Lo antes expuesto obliga a analizar un poco la coyuntura política del Estado. A menos de un mes para dar inicio al proceso electoral del 2023-2024, los funcionarios suspirantes asoman la cabeza sin ningún recato. Alrededor de ellos se pueden ver los operadores políticos de antaño. Si, se reconocen a los políticos de viejo cuño, que se oponen, sin decirlo, al cambio generacional. Pero nadie renuncia a su cargo; les seguimos pagando.

La mayoría huele a político chamuscado; todos andan en campaña, todos son funcionarios, todos tienen espectaculares, aunque unos más que otros. Un desarraigado que es diputado por el estado de México, con esposa diputada en el estado de Sonora, con domicilio en la ciudad de México, pero que dice haber sido registrado al nacer en Veracruz “finta” querer la candidatura a gobernador, cuando en realidad se conformaría con ser diputado, otra vez. El secretario de educación no ha manifestado su aspiración, pero su comportamiento la demuestra, al menos la prensa lo ha destapado y no lo niega; se rumora que, de no ser Rocío la candidata, ésta “ve con buenos ojos” ser sustituida por Zenyazen. Se dice que, por tal razón, tienen encuentros “casuales”.

Manuel Huerta ya se destapó y como tapón de sidra y apoyado por jóvenes reparte su propaganda, en la que expresa su aspiración; nadie duda que el delegado federal enfrenta obstáculos muy grandes, entre ellos la propia Rocío, el gobernador y el secretario de gobierno. El último citado, ya promocionado por sí mismo, su libro, el Presidente y el gobernador debido a las llamadas de atención, al igual que por presidentes municipales, así como sus colaboradores cercanos, representa ya un serio contendiente.

La existencia de tres poderosas tribus en el partido Morena causa incertidumbre para pronosticar quién será el candidato a la gubernatura. Una encabezada por gobernador, otra por Manuel Huerta y la tercera guiada por el secretario de gobierno. Su unidad parece primordial para obtener triunfos electorales contundentes. Más, nadie duda que será Amloco quien designe el candidato a gobernador y a senadores; aflojando un poco la presión para la seleccionar a los diputados federales. Estos últimos serán impuestos por Delgado y secuaces. Este tipo de conductas del dirigente nacional provocan la repulsión de la militancia en su contra.

El pastel político es grande, las rebanadas alcanzan para todos; pero la avaricia y soberbia podría cambiar el reparto e incluir a la oposición, principalmente al MC.

Enfrente, dos Yunes bastante disminuidos se disputan la candidatura priísta. Con más ímpetu que con planeación, Héctor recorre algunas partes del Estado, sin obtener grandes logros. Es opinión generalizada que se conformará con repetir como senador y ceder la candidatura a quien le asegure ese puesto. Su grito desgarrador pidiendo auxilio (léase pidiendo se sume) a Dante, demuestra la debilidad de la alianza PRIANPRD. Pepe se reúne con la infraestructura resiliente que resulta insuficiente para promover su aspiración. En apariencia más mesurado, Pepe espera mejores condiciones para destaparse para el puesto más seguro de obtener; previniendo, así, otra derrota.

Los azules tienen, también, dos opciones: los Yunes del puerto o el extremista voxiano Rementería. Alguno de los primeros tiene más oportunidad de triunfo o cuando menos ser competitivo; además, cuentan con recursos económicos. El otro está muy tatemado, representa la derrota total.

La alianza opositora espera los resultados del proceso de selección del candidato a Presidente de la República. De mantener la unidad, sus candidatos locales y federales serán fortalecidos; de lo contrario, muchos de ellos recularán, reconociendo la nula posibilidad de triunfo. Sus dirigencias mandan en Veracruz. En cuanto al MC baste señalar que será el cátcher estrella del proceso; dará cobijo a la mayoría de los inconformes de todos los partidos. Eso ayudará a elevar considerablemente su votación y acrecentará el número de sus curules en congresos.

Otro sí digo. – Parece que nadie es confiable para dársele la tarea de revisar y validar las firmas de apoyo recibidas por las corcholatas de la oposición. Con seguridad, habrá ruptura; el des-Preciado ya renunció.

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