Son corruptos, la nueva “mafia del poder” que entre ellos se encubre. Desde hace años se sabe de la relación que tenía el gobernador de Morelos con Raymundo Salgado, “El Ray”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación. Hasta hay una foto del entonces alcalde de Cuernavaca con el narcotraficante y otros amigos. Hay además testimonios sobre ese encuentro, al cual un miembro del clero convocó. El fiscal de Morelos, Uriel Carmona, estaba investigando a Cuauhtémoc Blanco sobre esos nexos; ya andaba cerca del gobernador.
El presidente López Obrador, también amigo de narcos, se puso del lado del exjugador de futbol. Por lo tanto, su escudera Claudia Sheinbaum debía estar del lado del gobernador amigo de narcos y así, cerrado el círculo.
Se pusieron de acuerdo para, desde la Ciudad de México, imputar al Uriel Carmona, acusarlo de delito de encubrimiento e incumplimiento de la ley, para ir por él y con ayuda de la Marina, capturar al fiscal y llevarlo a prisión para que deje de estar investigando al amigo Cuauhtémoc Blanco, de quien López Obrador dijo que es un “buen gobernador” y que las acusaciones sobre su relación con el narco es mera politiquería. Así actúa la nueva “mafia del poder”, tan corrupta, encubridora y vil como las anteriores.
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