El presidente López Obrador, también amigo de narcos, se puso del lado del exjugador de futbol. Por lo tanto, su escudera Claudia Sheinbaum debía estar del lado del gobernador amigo de narcos y así, cerrado el círculo.
Se pusieron de acuerdo para, desde la Ciudad de México, imputar al Uriel Carmona, acusarlo de delito de encubrimiento e incumplimiento de la ley, para ir por él y con ayuda de la Marina, capturar al fiscal y llevarlo a prisión para que deje de estar investigando al amigo Cuauhtémoc Blanco, de quien López Obrador dijo que es un “buen gobernador” y que las acusaciones sobre su relación con el narco es mera politiquería. Así actúa la nueva “mafia del poder”, tan corrupta, encubridora y vil como las anteriores.