Cuando el PRI gobernaba, en los libros de texto se glorificaban las acciones de los presidentes emanados de su cantera. Era una historia oficial que dejaba bien parados al Ejército mexicano y que no admitía espacio para criticar al gobierno. Las páginas de los libros de texto estaban llenas de nacionalismo revolucionario anquilosado y sus contenidos a modo para no ofender a figura presidencial.
Un ejemplo concreto fue el manejo de la información del 68, en las páginas de los libros de texto sólo daban cuenta de los Juegos Olímpicos celebrados en ese año, de la matanza de los estudiantes no se mencionaba nada. Hoy, Marx Arriaga es el ariete de AMLO para que los libros de texto lancen loas a la 4T; hoy este funcionario tiene permiso para burlarse y decir que los pseudointelectuales “braman” para que los libros de texto se desechen.
Lo cierto es que este personaje no debe de cantar victoria, ya que el ultimo filtro por el que pasarán estos libros serán los padres y maestros y tenga por seguro que, si notan algo que atenta contra la familia o con algún sesgo político, éstos no serán utilizados en las escuelas.
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