Una recomendación o un piropo de Donald Trump es como si tropezaras, cayeras y te chupara el diablo. Presente en la proyección de la película Sound of freedom, que trata sobre el tráfico de niños para fines sexuales, y que además alimenta la falacia de que en la cúpula del poder de los Estados Unidos hay una cofradía de pederastas, Donald Trump se dirigió a uno de los productores del filme, el mexicano Eduardo Verástegui: «Fue increíble, posible presidente, hacer de esta película la más candente en todo el mundo, creo que es comparable con volverte presidente de México, ¿cierto?». Por favor, el expresidente Donald Trump es un consumado acosador, ha pagado montos económicos para que las acusaciones por violación en su contra no avancen en los tribunales de los Estados Unidos y a pesar de eso se levanta como estandarte de la moral.
Por su parte, Eduardo Verástegui ha sido acusado como estafador. Verástegui tiene una fundación ficticia y se la pasa pidiendo donativos; Verástegui ha estafado a muchos famosos, entre ellos el cantante Emmanuel, su hijo Alexander Acha y Gilberto Gless. Pero no solo eso, Verástegui es un homófobo consumado. Reciamente en Twitter anotó:«Sin duda alguna, la homosexualidad está vinculada con la pedofilia».
Por cierto, cuando Eduardo Verastegui acudió al Vaticano a besar el anillo papal, ¿quién cree usted que lo acompaño? Pues Marcia Maciel, el más celebre de los curas pederastas del catolicismo actual. Por eso, si Trump le dice a Verástegui que posiblemente será presidente de México, es porque nunca lo será.
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