Hay un refrán popular de origen ranchero que los abuelos usaban en forma de sentencia que decía: «La mula es mula, y cuando no patea, recula». En sentido paremiológico se usa para sancionar o recalcar cualquier asunto de terquedad. Esto viene al caso porque el presidente López Obrador sigue de terco atizando el fuego contra la senadora Xóchitl Gálvez. Esta mañana, nuevamente el Ejecutivo federal exhibió los contratos de las empresas de la candidata del Frente Opositor, por cierto, señaló que aún no recibe la notificación del INE.
«Vamos a cumplir con todos los ordenamientos legales y las decisiones de los organismos electorales, pero lo hacemos bajo protesta, porque es muy injusto el que el grupo de potentados que se sentían dueños de México con todo su dinero, con sus medios de información, con sus intelectuales a sueldo están lanzados en contra de nosotros y que las autoridades nos limitan nuestra libertad, la libertad de manifestación, de expedición, la libertad de réplica, el derecho a disentir, de todas maneras vamos a respetar y acatar esas recomendaciones, pero están muy mal acostumbrados nuestros adversarios», dijo el presidente.
Vaya incongruencia con el tabasqueño, mientras él negó el derecho de réplica a la senadora Xóchitl Gálvez, ahora aboga por ese derecho, cuando supuestamente se le está negando.
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