Guadalupe Taddei, presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), tiene que cruzar un camino lleno de tentaciones, donde el poder Ejecutivo tratará de seducirla para que sea un alfil más de la 4T. Hasta el momento, la novel presidenta no ha podido quebrar al bloque opositor que tiene dentro del órgano electoral, mismo que le ha impedido nombrar al secretario técnico.
Por otro lado, la fiaca y modorres que ha manifestado, ante la descarda campaña que han comenzado anticipadamente las “corcholatas “morenistas, ya ha levantado suspicacias en la sociedad.
Ojalá y que la presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE) no eche a la borda el trabajo de tantos años por parte de varios estudiosos y gran parte de la sociedad civil. Que recuerde que el poder más grande que tiene el INE es precisamente su independencia e integridad de sus consejeros, comenzando por ella misma.
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