Xóchitl Gálvez dice que es indígena, anda en bicicleta y eso les parece inaceptable.
Jorge Flores Martínez / Yo no tengo una opinión formada de ella, algunas cosas me gustan, otras no me parecen del todo. Pero de algo estoy convencido plenamente, es una extraordinaria candidata que le pega justo en la línea de flotación a las “corcholatas” de morena. A su lado, es muy difícil sostener la narrativa de candidatos surgidos de la izquierda, todo se les cae en pedazos.
No puedo comprender la molestia que muchos le tienen a Xóchitl Gálvez, con muy poco quieren descalificarla, no les parece lo suficiente indígena, no anda tan bien en bicicleta y no es tan mujer como debería, según ellos.
Pero vamos por partes, muchos de los que ahora están molestos con la Gálvez, hace unos años estaban en éxtasis con López Obrador. Nada los detenía, todo le aceptaban, no había crítica, por sutil que fuera, que tomaran en cuenta.
Cuando en una entrevista con Jorge Ramos, López Obrador al ser cuestionado sobre el aborto y el derecho de las mujeres y las minorías respondió, sin sonrojarse por un instante, que deberían someterse a referéndum. Su propuesta era que los derechos de las minorías deberían someterse a la decisión de las mayorías. Lo dijo, lo justificaron y lo aceptaron.
En otra ocasión, en el programa de Tercer Grado de Televisa, López Obrador declaró que a él no le gustaba la sociedad civil, que las organizaciones de la sociedad civil no le parecían importantes y no los iba a considerar en su gobierno. Lo dijo, lo justificaron y lo aceptaron.
También recuerdo cuando en una gira por el norte del país vio unos generados eólicos que para él afeaban el paisaje y dijo que su prioridad era rescatar PEMEX y construir seis refinerías. Todos los ambientalistas callaron, algunos se atrevieron a mostrarme gráficas de los pájaros que resultan muertos por estas tecnologías, pero callaron, lo justificaron y aceptaron.
López Obrador hablaba de recuperar el lago de Texcoco y de la terrible corrupción que había en la construcción del aeropuerto. Lo justificaron, algunos me mandaron documentos “científicos” para sustentar lo que decía su candidato. Documentos que eran más panfletos políticos baratos que cualquier cosa que pueda considerarse con el mínimo rigor científico. Pero así, lo justificaron y siguieron adelante y lo aceptaron.
Propuso un tren por la única selva que queda en Norteamérica, prometió que no se iba a talar un solo árbol, pidió permiso a la Madre Tierra y dejó a un lado cualquier estudio de impacto ambiental. Lo justificaron encantados, algunos me mandaron documentos “científicos” que demostraban que el tren era el medio de transporte que menos muertes de jaguares reportaba cada año. No les importó un rábano los cenotes ni el frágil terreno de la península. Todo era justificar a su candidato y al final aceptar lo que dijera.
Por eso me sorprende que ahora les parezca inaceptable que Xóchitl Gálvez sea indígena, mujer, ingeniera, empresaria exitosa, activista y posible candidata a la presidencia de la república.
Antes aceptaron y justificaron cosas mucho más difíciles de aceptar y justificar.
Ahora les parece inaceptable que sea indígena y ande en bicicleta-
Su argumento es que es una mujer que la impone Claudio X. González. Pobres, no pueden entender que hay mujeres más cabronas e inteligentes que ellos. La misma Sheinbaum no podría o debería decir eso, a ella parece que la que la impone es otro hombre.
Pero en fin, ya saben, la hipotenusa.
Al final, es indígena y anda en bicicleta.
El otro andaba en su jetta y eran felices al éxtasis con eso.
Twitter: @jorgeflores1mx
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