Dice la máxima de guerra: «Divide y vencerás». Desde su púlpito de la mañanera el presidente López Obrador intenta dividir a la oposición metiendo cizaña. Desde hace algunos días dijo que anunciaría quien sería el candidato o candidata de la oposición conservadora. La mañana de este lunes reveló, como un pitoniso de la política, que la candidata de la oposición sería Xóchitl Gálvez, que porque Claudio X González le había dado el visto bueno: «Tengo toda la información que él llevó a cabo las consultas para que los represente Xóchitl Gálvez». López Obrador dijo que por eso varios aspirantes se bajaron del caballo, porque se dieron cuenta de que la senadora Xóchitl Gálvez estaba siendo impuesta.
Luego le lanza la ponzoña a Santiago Creel, quien también aspira a ser el candidato de la oposición: «Es que ya se dieron cuenta, lo que va a ser interesante es ver qué actitud va a asumir (Santiago) Creel». ¿Cómo puede hablar de imposición el presidente de México si el mismo ha impuesto como su candidata a Claudia Sheinbaum? ¿O se cree que los demás candidatos no se dan cuenta de todo el apoyo y dinero se está derramando en la campaña adelantada de su “corcholata” favorita?
López Obrador trata de demeritar las aspiraciones de Xóchitl Gálvez porque sabe que la senadora de Hidalgo representa un verdadero riesgo para la candidatura femenina de Claudia Sheinbaum. Por ello la línea para sus plumas arrastradas y sus moneros chayoteros es «Todos Unidos contra Xóchitl».
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