López Obrador cree que su prestigio está como hace 5 años, cuando ganó la presidencia de la república en 2018. Entonces millones de mexicanos creíamos que López Obrador iba a llegar con un cambio verdadero; creíamos en su honestidad, en su incorruptibilidad, en su congruencia. Sin embargo, conforme pasaron los primeros meses nos dimos cuenta que López Obrador era sólo un político más. López Obrador engañó a millones, pues apenas llegó, familia y amigos empezaron a saquear las dependencias del gobierno federal. Uno de los amigos de López Obrador, quien fue su mentor cuando era joven, es Ignacio Ovalle, quien “permitió” el saqueó de este organismo.
López Obrador dice que los funcionarios que puso Ovalle a cargo de Segalmex lo engañaron. Los analistas hablan de un desfalco de 15 mil millones de pesos en Segalmex, la Auditoría Superior de la Federación dice que sólo se trata de 9 mil millones de pesos.
López Obrador declaró sobre el fraude a Segalmex: «Lo vamos a llevar hasta sus últimas consecuencias, porque el prestigio de este gobierno no se va a manchar». ¿Pero cuál prestigio señor López Obrador? ¿El prestigio que le ha dado a su gobierno la entrega de sobres con dinero a sus hermanos? ¿El prestigio de la Casa Gris de José Ramón López Beltrán? ¿El prestigio de inaugurar obras que no están terminadas? ¿El prestigio del sobrecosto de esas obras? Usted, señor presidente, vive con un prestigio devaluado.
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