Joana Marlén Bautista y Juan Javier Gómez Cazarín, la pareja dispareja que mueven el Poder Judicial en Veracruz. Aurelia Jiménez es un adorno

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Joana Marlén Bautista y Juan Javier Gómez Cazarín FOTO: WEB
- en Carrusel, Opinión

Armando Ortiz / Parecer ser que los desplantes y excesos de Joana Marlén Bautista en el Poder Judicial han llegado a conocerse a nivel nacional. Esta vez el periodista Claudio Ochoa, en su columna de El Universal, señala que en el Tribunal Superior de Justicia Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre es un mero adorno. Dice Claudio Ochoa que “quien realmente maneja el Poder Judicial en Veracruz es su administradora: Johana Marlén Bautista Flores. Es cercanísima y mancuerna del diputado morenista Juan Javier Gómez Casarín, presidente de la junta de coordinación política del congreso local y mano derecha de Cuitláhuac García”. Bien medida que tienen a Joana Marlén, que sigue jurando ante la imagen de la “morenita del Tepeyac” que ella es una blanca paloma. Anota el columnista de El Universal: “Por un lado Johana, como administradora, se ha encargado de reducir el sueldo de los trabajadores de confianza entre un 10 y 15 por ciento. De acuerdo con sus cercanos, presume que con esos recursos hace una vaquita para la campaña presidencial, que es para apoyar a la causa, que el que quiera renovar contrato el próximo año tendrá que presentar su foto en la casilla con la boleta marcada en favor de Morena”. ¿Qué hay de Gómez Cazarín? Claudio Ochoa es puntual al decir que Gómez Casarín encabeza el grupo “Unidos Todos”, él y otros funcionarios se encargan “de las movilizaciones que satisfacen los caprichos del gobernador. Todos ellos obligaron a trabajadores del estado a viajar a la Ciudad de México para realizar los ataques contra los ministros de la Suprema Corte de Justicia”. Por supuesto, eso que dice Claudio Ochoa son verdades que en Veracruz se han dicho en varios momentos.

Epigmenio Ibarra en la quiebra. Pierde el control de Argos por andar de lambiscón de López Obrador. Mañoso, así no pagará los millones que le prestaron

Argos Comunicación, la que hasta hace poco era la productora de Epigmenio Ibarra, recibió un préstamo de 150 millones de pesos del Bancomext. Un préstamo que fue el pago de favores por andar defendiendo las incongruencias del presidente López Obrador. Pues por andar de lambiscón, Epigmenio Ibarra ha perdido el control de Argos. Señala la revista Proceso: “Pese a su activismo en favor del gobierno de la 4T y a que éste le dio un trato preferencial durante la crisis por la pandemia por covid-19, al otorgarle la banca de desarrollo un préstamo millonario, Epigmenio Ibarra llevó a la quiebra la productora que fundó en los noventa. Así, mientras se fortalecía su cercanía con Palacio Nacional, se debilitaba la compañía que desarrolló éxitos para la televisión abierta y en el cine, al grado de tener que ser adquirida por el gigante TelevisaUnivisión que busca reforzar su oferta para competir con empresas de streaming como Netflix”. Conociendo lo mañosos que son los chairos de primer nivel, Epigmenio Ibarra es capaz de irse a la quiebra con tal de no pagar los 150 millones que le debe al gobierno. Pero eso sí, ahí anda en las marchas del presidente, con todo y sus desmayos. Epigmenio no quiere perder oportunidad de nadar de lamesuelas del presidente. Quién lo iba a decir, dejar una productora que llegó a ser exitosa para convertirse en un simple aplaudidor.

En México, hospitales que no tiene ni Dinamarca. Video muestra una gotera mientras operan a un paciente. “Es para refrescarlo”, dicen

Ya quisiera Dinamarca tener el sistema de enfriado de paciente que algunos hospitales de México tienen. Como diría el famoso “Dr. Chunga”, es cosa de colocar el “dispositivo posicionador” de la manguera de enfriamiento sobre el paciente cuando lo estén operando. La verdad es que un video en las redes sociales se está haciendo viral. En el video se ve como, en medio de una operación quirúrgica, una gotera del techo salpica agua sobre el paciente que está anestesiado. Los médicos y enfermeras se dan cuenta. Una de ellas dice que el agua “está cayendo del campo quirúrgico”. Un doctor pide “un trastecito”. Otro médico dice que “es de allá arriba, de donde está la lámpara”. Los médicos se ven obligados a mover la lámpara para que no ocurra un corto circuito. Pero así y con los inconvenientes, los médicos siguen con su cirugía. Y uno se pregunta, después de escuchar la cantaleta del presidente López Obrador de que los hospitales en México estarán mejor que los de Dinamarca, ¿tendrán este sistema de enfriamiento de pacientes en Dinamarca”. ¡Lo dudamos!

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