Ya resulta muy sospechosa la defensa a ultranza que hace el presidente López Obrador por Cuitláhuac García. A pesar de que el estado se ha inundado por la violencia y de que no hay infraestructura que compruebe en que se están usando los recursos federales, el Ejecutivo federal se atrevió a decir que el hijo del profe Atanasio es «una bendición para los veracruzanos». Desde luego que no sorprende el sospechoso cariño del Ejecutivo federal hacia Cuitláhuac García. Hay algunos avezados que se atreven a decir que Veracruz es el estado que más recursos regresa a la Federación (subejercicio).
No hay que olvidar que, cuando le preguntaron al presidente su opinión por el uso de ataúdes con la figura de la ministra Norma Piña y del magistrado Alberto Pérez Dayán, éste asintió con la cabeza y dijo que «Cuitláhuac García estaba bien».
Ahora con el caso de la jueza Angélica Sánchez, detenida en conocido hotel de la Ciudad de México por elementos de la Guardia nacional, el presidente nuevamente se solidariza con el nefasto gobernador jarocho y señala que los medios han orquestado una campaña de desprestigio a su adorado pupilo. Lo cierto es que, tarde o temprano, Cuitláhuac García tendrá que enfrentar las consecuencias por violentar la ley contra personas inocentes.
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