Sí de por si México venía jugando de la madre, ahora queda claro que esta selección sólo sirve para ser la burla de todo el mundo futbolístico. Y es que no sólo fue humillado por los Estados Unidos con un marcador de tres a cero, sino que también demostró que no sabe perder. En los primeros 45 minutos el TRI ya estaba abajo en el marcador. Llegado el segundo tiempo, el defensa César Montes se calentó de más y por una patada de “asesino” terminó expulsado dejando a México con diez hombres. Esto sólo sería el inicio de una bronca que al final del juego se acrecentaría.
Siguiendo en el segundo tiempo, Christian Pulisic anotaba al minuto 46 siguiéndole el México/americano Ricardo Pepi, quien al minuto 78 marcaba el tres a cero, quedando así la aplastante victoria estadounidense. El TRI se quedaría con 9 después de la expulsión de Ricardo Arteaga, quien se hiciera de palabras con el lateral Sergiño Dest. El encuentro se detuvo debido a un grito homofóbico y terminando los 90 minutos reglamentarios el árbitro añadió doce minutos de más, pero a los siete minutos del tiempo agregado decidió terminar la masacre para los nuestros, ya que el partido se le iba de las manos.
Ya en camerinos la bronca continúo y según el periodista David Medrano, fue Cesar Montes fue a buscar a Westor McKennie para pelearse; ambos tuvieron la mala suerte de que los golpes que se dieran los viera de frente el secretario general de la Concacaf. El Cachorro acabó herido. Además de perder en la pelota, también lo hizo en los golpes. ¿Quién le dijo a Cocca que los atletas que convocó juegan futbol?
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