En México los productores de trigo toman aeropuertos para exigir precios de garantía que sean justos. En otros estados el narcotráfico toma pueblos enteros, somete a las personas para que trabajen para ellos, para que les paguen por tener el derecho a vivir. En la Ciudad de México la extorsión está a todo lo que da; los comerciantes tienen que padecer el pago de piso. En esa misma ciudad el Sistema de Transporte Colectivo Metro falla un día sí y el otro también. Pero olvídese de esos problemas, lo que realmente le debería preocupar a usted es que la diputada trans está en el buró de crédito.
Hasta organizó una conferencia de prensa para lamentar su suerte: «Antes de ser diputada trabajaba en el trabajo sexual y como taxista de Didi y entonces mi capacidad adquisitiva era muy poca y en algún momento compré una PlayStation, y dejé de pagarlo en algún momento, solo me faltaban 4 mil pesos, por 4 mil pesos Salinas Pliego me mandó al buró de crédito». ¡Vaya tragedia!
El empresario Ricardo Salinas Pliego ya le contestó a la señora diputada: «Usted dice que antes de trabajar de diputado trabajaba como sexo servidor y chofer de Didi y no tenía dinero, entonces para solucionar su situación fue y pidió un crédito para comprar un PlayStation (y relajarse entre una chamba y la otra) y no lo pudo pagar (…) Si para trabajar más duro le faltaba tiempo, entonces ¿para qué comprar un PlayStation para perder el tiempo? hubiera trabajado más. Si no tenía dinero para pagar ¿cómo se le ocurre ir a pedir un crédito y comprar algo que no le servía ni para trabajar, ni para ganar dinero?». Salinas Pliego a muchos les revienta el hígado por su prepotencia, pero a veces dice las cosas cargadas de verdad.
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