Irineo Domínguez Méndez / Todo nace y todo muere: murió el “dedazo” y nació, oficialmente, el “corcholatismo”. Desde que Amloco bautizó a los aspirantes a la presidencia de la República con el apodo de “corcholatas” – al referirse a los destapados- y hasta que surja otro calificativo al respecto, en México y en otros países, se utilizará este término.
Los morenistas “dicen” que acordaron “las reglas del juego” para elegir al “coordinador” que continuará con la 4T. Sin importar que le “pongan flores” o, pretendiendo desvirtuar el propósito de esas reglas, todos sabemos que el ganador de las encuestas será el próximo candidato a presidente por el partido Movimiento Regeneración Nacional. Es aceptable el adjetivo asignado porque el INE podría sancionarlos al utilizar el concepto de “precandidato”; pues, serían actos anticipados de precampaña.
Algo tiene que reconocerse del resultado obtenido en el Consejo Nacional de Morena: el método democrático por el cual elegirán a su candidato: 1) cada uno de los aspirantes propondrá dos encuestadoras; 2) de éstas, se insaculará a la o las que realicen las encuestas; 3) la prohibición a gobernadores de pronunciarse a favor de alguna corcholata y 4) todos aceptarán los resultados y apoyarán a quien resulte ganador o ganadora.
El método varía en cuanto a su Estatuto, el cual hace mención a una Comisión Nacional de Encuestas, de la que, supuestamente, forma parte la paisana Ivone Cisneros, exsíndica de Xalapa y actual diputada federal, perteneciente al grupo político de Manuel Ladrón de Guevara, el super delegado. Esta comisión es omnímoda en la selección de todos los cargos de elección popular (con el aval de los altos dirigentes nacionales).
Ahora, todos los aspirantes a cargos de elección popular en el partido Morena sabrán y aceptarán, sin chistar, que el método de selección será la encuesta. Sin embargo, el problema continuará; pues, para gobernador, senador, diputado federal y local y presidentes municipales se duda que tendrán el mismo derecho que los aspirantes a presidente de la República.
Sí, la cúpula ya acordó, pero, “abajo” seguirán los chingadazos y las inconformidades. Sí, habrá unidad entre las corcholatas nacionales; pero, entre los aspirantes a nivel estado, trátese de la posición que se trate, ni madres. Efectivamente, lo importante es el proyecto; más, no pueden ni deben soslayarse las legítimas aspiraciones de quienes dieron vida institucional al partido; se escucha “ya basta de candidatos oligarcas o apadrinados”.
“Abajo” se afirma que el “dedazo no ha muerto”. Se indicia a varios actores políticos que, en la actualidad, poseen cargos importantes dentro de los gobiernos estatales. Es indudable la existencia de tribus en el partido Morena, así como imposible resulta ocultar a quienes las encabezan. Los de “abajo” quedan excluidos del reparto del pastel político. Para poner orden tendría que respetarse el Estatuto; lo que, por ahora, la cúpula omite.
Utilizando el dicho que dice: “en política todo y todos son útiles”, se puede afirmar que, en Veracruz, al no haber elecciones municipales en el 2024, militantes y simpatizantes podrían “utilizarse únicamente de maraqueros”; exceptuando a quienes, efectivamente, apoyan al partido y al proyecto de la 4T, sin ningún interés personal. Los hay y muchos.
Los de “abajo” hablarán de democracia cuando ya no se violente el Estatuto y se integren los Comités Ejecutivos, las Asambleas y Congresos de carácter Municipales. Sin dichos órganos de conducción, dirección y ejecución es faltar el respeto la base principal de esos tres órganos: los Comités de Protagonistas, integrados por los militantes. Los órganos aquí referidos fueron “eliminados” por acuerdo nacional desde el 2018. Por eso se percibe divisionismo morenista; al menos entre la militancia “aspiracionista”.
En cuanto al corcholatismo que busca la presidencia, pronto conoceremos otros destapados; ganar notoriedad es eso, una ganancia, aunque se haga el ridículo. ¡Claro! También puede haber sorpresas con destapes de personajes que sí son aceptados por la sociedad por su congruencia. Uno de ellos podría ser Lázaro Cárdenas Batel quien, con el solo el nombre, se posicionaría rápidamente a nivel nacional.
En nuestro Estado también surgirán sorpresas; sin duda alguna, además de Manuel Huerta, Rocío Nahle, Zenyazen Escobar y Erick Cisneros habrá otros que asomarán la cabeza muy pronto. Lo mismo pasará en la alianza prianistaperredista; los Yunes no están solos, los acompaña Julen Rementería, apoyado por el partido Vox español; Américo Zúñiga; incluso el presidente de Orizaba: Manuel Diez.
Quienes se están tardando en promover a sus “suspirantes” son los partidos de oposición. Nadie cree que Alejandro Moreno realmente pretenda ser candidato; Xóchitl Gálvez es otro remedo de aquél. Santiago Creel y Alejandro Murat muestran más seriedad en sus aspiraciones; desgraciadamente, les falta “tamaño” para competir ante las corcholatas morenas. Con mejores cuadros, el MC pierde tiempo desojando la margarita; Donaldo Colosio, Enrique Alfaro y Samuel García bien pueden obtener mejores resultados que los identificados como conservadores.
El gobierno federal informa: la economía va bien; la inflación decrece; el dólar se devalúa; se recuperan fuentes de trabajo y los programas sociales llegan a los grupos vulnerables. Entonces, ¿qué está mal?, ¿porqué perdieron Coahuila, por segunda ocasión y de manera tan escandalosa?
Otro sí digo. – La falta de agua en Xalapa se está convirtiendo en un problema mayor; desafortunadamente, las unidades habitacionales de los municipios colindantes aumentan.
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