Cuando Xóchitl Gálvez le pidió por primera vez derecho de réplica al presidente López Obrador, éste le dijo muy categórico: «Que vaya a engañar a otra parte». ¿Por qué? Pues porque la mañanera es el lugar donde el presidente se dedica a engañar a los mexicanos. Es su lugar exclusivo, su palacio de Delfos. Por ello, a pesar de que un juez lo obliga a dar derecho de réplica por haber difamado a Xóchitl Gálvez, el presidente se vuelve a pasar la ley por el arco del triunfo. El presidente dice que se reserva el «derecho de admisión».
Para el presidente el derecho de réplica que solicita la senadora «es un proceso que se está atendiendo en el Poder Judicial. Yo lo que le da consejería a la señora Xóchitl Gálvez es que convocara a sus conferencias, que ellos tengan su mañanera, a las 7 de la mañana, que esté allí, que invite a Marco Cortés, a Claudio X. González, que es el ‘jefe de jefes’».
Cobarde como siempre, hace escarnio de la figura de la senadora: «No están acostumbrados a levantarse temprano, tres semanas; pero la señora Xóchitl Gálvez es tenaz, puede ser que mantenga la conferencia más tiempo, además ella es aspirante a candidata, es todo lo que anda buscando, sería muy bueno que diera sus conferencias, pero que no venga aquí a querer utilizar este foro que es para informar y es para comunicar a la gente». Como un Luis XIV tropical, López Obrador vuelve a recordarnos: «El Estado soy yo».
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