En este momento, decenas de jueces y magistrados están enterados de las atrocidades que Cuitláhuac García está cometiendo contra la jueza Angélica Sánchez. Hablan entre ellos y acusan, en voz baja, que es una vileza eso de acusar a la jueza de haber disparado en contra de los policías.
Pero en el Poder Judicial no hay un grupo de jueces que proteste, no hay una voz que se levante a favor de la jueza Angélica Sánchez, no hay nadie que recuerde las últimas palabras del poema de Niemöller: «Cuando vinieron a buscarme nadie dijo nada, porque no había nadie más que pudiera protestar». El día de mañana, cuando vayan por ellos, nadie protestará. Es hora señores jueces y magistrados, de que pongan sus barbas a remojar.