Filiberto Vargas Rodríguez /
Prefacio.
En efecto, todos esperaban un anuncio de aún secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. Se hablaba de que daría a conocer una propuesta para aplicar como método de selección del candidato de Morena a la presidencia de la república. No fue sólo eso. *** El canciller anunció que el próximo lunes dejará el cargo como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para buscar la candidatura de Morena a la Presidencia. *** “He resuelto solicitar y presentar mi renuncia a la Secretaría de Relaciones Exteriores a partir del lunes 12 de junio”, dijo ante simpatizantes y medios de comunicación. *** Con la finta del “método”, Marcelo Ebrard convocó a una conferencia de prensa para anunciar su renuncia y, a la vez, reiterar su interés por “dar continuidad al movimiento impulsado por el presidente Andrés Manuel López Obrador”. *** Frente a los medios expresó: “Me entusiasma participar en este gran movimiento, Morena. Me entusiasma y me enorgullezco de ser parte de la cuarta transformación y también me entusiasma actuar con congruencia respecto a lo que hemos propuesto, por eso me separo del cargo”. *** Y lanzó su reto: Destacó la importancia de que los postulantes a la candidatura presidencial renuncien a sus cargos “para garantizar un proceso justo”.
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Señor gobernador: lo que sucede no es algo nuevo. A lo largo de la historia ha habido innumerables ejemplos de personas que combatieron contra ciertos comportamientos, ideologías o actitudes, sólo para terminar convirtiéndose en lo que más criticaron.
Es muy frecuente que aquellos que se oponen con fervor a determinadas prácticas o creencias, lo hacen porque conocen los efectos negativos que pueden tener en la sociedad o en la vida de las personas. Se involucran en una lucha movidos por una pasión y un deseo genuino de cambiar las cosas para mejorar. Sin embargo, en muchas ocasiones, la exposición constante a esa realidad puede llevarlos por un camino inesperado.
Imagine, señor gobernador, a un activista político que aboga por la igualdad y la justicia social. Su compromiso lo lleva a denunciar la corrupción y la opresión que observa en su entorno. Sin embargo, a medida que adquiere más poder y se acerca al sistema que critica, puede empezar a verse tentado por las mismas prácticas que antes condenaba. La ambición, la sed de poder y la influencia pueden corromper incluso a los más idealistas.
Salga, señor gobernador, de esa trampa. No lo considero una persona capaz para desempeñar el cargo que ostenta, eso es cierto, pero siempre creí que usted no era una mala persona. Acaso alguien con poco conocimiento y muy mal asesorado.
En su deplorable papel de vocero del órgano autónomo conocido como Fiscalía General del Estado (FGE), fue usted incapaz de informar de qué se acusaba a la juez Angélica Sánchez Hernández, lo que dejó en evidencia que no había una orden de aprehensión en su contra.
A pesar de admitir que desconocía las razones por las que había sido detenida, usted, señor gobernador, se atrevió a especular, lo que agravia a la persona detenida. Usted señaló a la juez Angélica Sánchez, de haber ordenado la liberación de Itiel Palacios, un sujeto al que usted señala como un mando del crimen organizado, lo que ninguna autoridad -ni estatal, ni federal- ha podido demostrar. Peor aún: nadie lo ha acusado formalmente por ello.
Usted lo sabe, pero se niega a admitirlo porque va contra su retórica, que la orden de liberación de Itiel Palacios fue emitida mediante un amparo concedido por un Tribunal Colegiado, que a la juez Angélica Sánchez se le puso en la disyuntiva de acatar la Ley, u obedecer a sus superiores. Yo estoy seguro de que usted se habría inclinado por la segunda opción. La juzgadora entiende que su responsabilidad es cumplir y hacer cumplir las leyes.
Este miércoles la juez será llevada ante uno de sus pares, en audiencia inicial, donde se conocerán los delitos que le imputan. Ahí la Fiscalía la acusará de haber atacado con arma de fuego a elementos de la policía, lo que resulta absurdo y, además, contradice lo que usted ha dicho de ella.
Estos señalamientos demostrarán que, en realidad, no tienen forma de demostrar que la juez tuvo un acuerdo del que se hubiera beneficiado Itiel Palacios. Usted grita a los cuatro vientos que está “a favor de las víctimas”, pero entre sus atribuciones como gobernador no está el de decidir quién es víctima y quién victimario.
Está usted, señor gobernador, en la recta final de su gobierno. Todavía está a tiempo de enmendar el camino.
Convertirse en lo que más se combatió no tiene por qué ser el final de la historia. Puede ser un punto de inflexión, un recordatorio de nuestra humanidad y nuestra capacidad de fallar. Pero también puede ser un impulso para redescubrir nuestra pasión inicial y luchar por la coherencia entre nuestras palabras y nuestras acciones.
Piénselo.
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Epílogo.
El alcalde de Altotonga, Ignacio Morales Guevara y el director del Organismo Cuenca Golfo Centro de la Comisión Nacional del Agua, Pablo Robles Barajas, sumaron esfuerzos para dotar de agua potable a indígenas de aquel municipio. *** Ignacio Morales dijo que se trata de un hecho histórico, porque los pueblos originarios de Altotonga carecían del vital líquido, y ahora contarán con un pozo, el cual dotará de agua a sus hogares. *** El agua apareció a más de 100 metros de profundidad y están en proceso los estudios de factibilidad para proceder a la segunda etapa para equipar el pozo y continuar con la obra hidráulica. El objetivo es brindar el servicio de manera regular, adecuado y eficiente a más de mil pobladores. Bien.
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