La desesperación por lo que está ocurriendo en las aduanas del país es tal que la alcaldesa de Manzanillo, Colima, Griselda Martínez, pidió que se tomaran medidas para proteger a los jefes aduanales. “Incluso, le sugerí que el personal civil que mandaran a las aduanas de Manzanillo, de Tamaulipas y de Lázaro Cárdenas, no estuviera más de dos meses y que no saliera a las ciudades, que construyeran alojamientos al interior del propio puerto para resguardarlos”, señaló la alcaldesa.
Reporta el periódico Reforma que “el fin de semana fue levantado, y luego apareció muerto, el subadministrador de Operación Aduanera en Manzanillo, Sergio Emmanuel Martínez Covarrubias, quien había llegado a ese cargo hace apenas 15 días. Martínez Covarrubias llegó de Tamaulipas a Manzanillo tras la salida de mandos de la Marina y el regreso de civiles”. De nada ha servido que la Marina esté a cargo de la seguridad de las aduanas. Los grupos del crimen organizado saben que son muchos los millones que están en juego en esas aduanas, por lo que ellos quieren el control.
Señala el periódico Reforma: “La disputa de los cárteles por el control de las aduanas en el País es de tal magnitud que han amenazado y asesinado a los mandos operativos responsables de controlar la entrada y salida de mercancías. Testimonios de agentes aduanales y autoridades locales han revelado las presiones y acoso de los criminales por controlar la llegada de drogas, contrabando y gasolinas”. Mientras tanto el presidente sigue con su estrategia de “abrazos, no balazos”.
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